Fuente: HoyBolivia.com
La Paz, 6 de septiembre, 2009
Un estudio realizado por el científico de la National Aeronautics and Space Administration (NASA, por sus siglas en inglés) y premio Nobel, Duck Paerson, establece que la hoja de coca, que fructifica en los Andes de Bolivia, Colombia y Perú, tiene cualidades nutritivas y más fibra que las legumbres y frutas, destacó el domingo la investigadora y nutricionista boliviana, María Eugenia Tenorio.
De acuerdo con Tenorio y en base a las investigaciones de Paerson, “la coca contiene casi tres veces más fibra que las legumbres, 14 veces más que las frutas y 15 más que otros vegetales”.
Otro aporte altísimo es la Vitamina A, remarcó. La experta consideró, en consecuencia, pertinente la despenalización y la industrialización de la hoja de coca debido a que sus “cualidades son muy importantes para la humanidad”. La fibra, por los beneficios que brinda al organismo humano y pensadas las grandes mayorías que abusan del consumo de carbohidratos, tales como la papa, fideos, pan, arroz y galletas en las regiones del occidente, y de plátano, yuca, arroz, en el oriente bolivianos, es un factor insustituible en la dieta de los humanos.
Siempre de acuerdo con los estudios del científico al servicio de la NASA, la fibra de la coca desintoxica y refuerza el aparato digestivo e intestinos, elimina grasas, colesterol, triglecéridos, combate la colitis, estreñimiento, diarreas y mala digestión. Además, “ayuda a eliminar las hemorroides, recompone y refuerza la flora intestinal”. Se trata, según la nutricionista boliviana y en base de las conclusiones de las indagaciones científicas de Paerson, de un buen suplemento para enfrentar la diabetes, la enfermedad más depredadora del organismo humano. En su arista nutricional y terapéutica más saliente, el masticado de coca “previene el cáncer de colon y recto y provee calcio, ideal para personas con artritis, artrosis y osteoporosis”, según Tenorio. “El amplio espacio que nos brinda la coca cubre la farmacopea, cosmética, la harina de trigo, transformaciones tecnológicas alimentarias. Vale decir, alimentos y bebidas. También se pueden realizar transformaciones industriales como telas, cartones, papeles, colorantes”, remarcó la investigadora.
La materia prima de la coca, de la que por medio de un proceso sintético se extrae uno de sus 14 atributos, devenido en alcaloide, tiene muchas bondades nutritivas.
Por ello, Tenorio se refirió a un término nuevo dentro de la nutrición, la ‘micelización’, división de pequeñas partículas que, al ponerse en contacto con las papilas gustativas y células en nuestro intestino, se absorben en forma inmediata incorporándose al torrente sanguíneo pudiendo notarse su efecto en el organismo a los 8 ó 10 minutos de haberse ingerido.
Otros estudios basados en el principio sustentado por Pearson, demuestran que al deglutir estas partículas tan finas, el primer receptor es el cerebro que envía órdenes de relajación al sistema nervioso controlando, así, ya sea el dolor, hambre, stress, disminución del sueño, fatiga, intolerancia a la inclemencia de la altura sobre el nivel del mar y todo desasosiego.
“Equivocadamente, inquirió Tenorio, “se dice que los acullicadores de coca pierden el apetito y esto contribuye a la desnutrición”.
La nutricionista boliviana pidió considerar, en consecuencia, que la acción farmacológica de los principios activos de la coca desaparecen en diez a quince minutos, tan pronto se desechan las hojas masticadas y “el apetito, la sed y la fatiga regresan”.
La investigadora mencionó que en el país hay miles de profesionales, en todos los campos; científicos, investigadores, inventores, patriotas y que, todos, juntos, deben tomar las riendas en el caso de la coca por todas sus bondades certificadas, de acuerdo a un informe de la Universidad de Harvard de 1975, para que sea despenalizada la masticación de la hoja.
“La hoja sagrada es el centro económico, religioso, místico, industrial, alimentario nutricional que lo articula todo. Somos herederos de un tesoro más valioso que el oro y la plata, porque la coca es vida que da vida”, apuntó la investigadora Tenorio.