Comunicado de prensa de ICEERS en relación a la sucesión de detenciones acaecidas en España por recepción de ayahuasca desde Sudamérica
5 de abril de 2012
La ayahuasca no es una droga según los convenios internacionales
Un tribunal de Chile se ha pronunciado dictando que no está demostrado que los alcaloides contenidos en la ayahuasca provoquen algún riesgo para las personas
Durante los últimos meses se han venido sucediendo una concatenación de noticias en los medios de comunicación informando de detenciones de personas por recibir de Sudamérica (principalmente de Brasil y Perú) ayahuasca (1), un té psicoactivo que se usa de manera tradicional con fines mágico-religiosos en toda la cuenca amazónica.
En las últimas décadas, el uso de ayahuasca se ha expandido por Occidente, donde se está popularizando por sus potenciales propiedades beneficiosas derivadas de las experiencias espirituales que aporta. La globalización del planeta y el desarrollo de las nuevas tecnologías han permitido que se pueda adquirir ayahuasca importándola de los países donde su uso es tradicional. En la mayoría de las detenciones aparecidas en los medios, los imputados recibían la ayahuasca por correo y al recoger el paquete postal eran detenidos por la policía.
La ayahuasca es una mezcla de al menos dos plantas, una liana llamada Banisteriopsis caapi y las hojas del arbusto Psycotria viridis. La liana contiene unos alcaloides, llamados betacarbolinas, que inhiben la enzima monoamino oxidasa (MAO). El arbusto contiene una sustancia controlada por los Convenios Internacionales llamada DMT (dimetiltriptamina). La DMT por vía oral no es bioactiva ya que es degradada por la MAO del tracto gastrointestinal. Por eso la ayahuasca es un descubrimiento asombroso de los aborígenes americanos: sin disponer de conocimientos de farmacología académica desarrollaron en el pasado un fármaco único que facilita el acceso de DMT al cerebro impidiendo su degradación sistémica. Solo en los años 50 del pasado siglo la ciencia occidental descubrió este mecanismo de acción de la ayahuasca. La ayahuasca se utiliza tradicionalmente principalmente como medicina.
Si bien la DMT se encuentra en la Lista I de sustancias controladas por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), que es el organismo internacional de Naciones Unidas (ONU) que rige la prohibición de las drogas, y por tanto la DMT es una droga fiscalizada por todos los países miembros de la ONU, a la vez, la propia JIFE ha establecido reiteradamente que “ninguna planta (materiales naturales) que contenga DMT está actualmente controlada por los Convenios sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971. Por tanto, preparaciones (por ej., decocciones) hechas con esas plantas, incluyendo la ayahuasca, no están bajo control internacional y por tanto no están sujetas a ninguna de las provisiones del Convenio de 1971”. Un tribunal chileno acaba de posicionarse en este mismo sentido, haciendo valer los tratados internacionales, al absolver a una pareja de imputados por delitos de narcotráfico de DMT. El tribunal se ha pronunciado además diciendo que no hay pruebas de que el uso de ayahuasca suponga un riesgo para la salud de las personas.
La mayoría de noticias aparecidas en los medios de comunicación relacionadas con las detenciones dicen que la ayahuasca es una droga ilegal en España, lo cual, como se acaba de exponer, es completamente falso. La ayahuasca, de acuerdo con la JIFE, no es ningún tipo de procesamiento ni de elaboración de DMT, luego ningún juez español debiera interpretarlo así. La ayahuasca no figura tampoco en las listas de drogas controladas por el Estado Español. Para la legislación internacional y para la española, que se rige por los convenios de la primera, la ayahuasca no es pues jurídicamente una droga. Por tanto, las imputaciones de “delitos contra la salud pública” formuladas a las personas detenidas por recibir ayahuasca desde Sudamérica están realizadas contra derecho.
Desde ICEERS queremos hacer un llamamiento a los imputados, a sus abogados, a los jueces, a la policía, a los periodistas y a la ciudadanía en general para que conozcan que la ayahuasca no es una droga, que la ayahuasca no está sujeta a fiscalización ni por las leyes internacionales ni por las nacionales, que la ayahuasca es una planta de uso tradicional que debería ser protegida, y no perseguida, por suponer para muchos millones de indígenas la raíz en la que se arraiga su tradición cultural, por suponer para millones de occidentales una herramienta espiritual de incalculable valor, por suponer un descubrimiento singular en términos científicos; y, en definitiva, porque protegiéndola se está protegiendo la expresión de todo un universo de diversidad y enriquecimiento cultural. Por eso ICEERS ha propuesto a la ONU que la ayahuasca sea reconocida Patrimonio Cultural de la Humanidad.