Por: Mauricio Mamani Pocoaca
27 de marzo de 2013
El 12 de enero de 2013, el periódico “Cambio” anunciaba “Bolivia logra victoria internacional con la despenalización de la hoja de coca y el acullico”. Con tanta propaganda, el pueblo salió a festejar; incluso los altiplánicos se sintieron felices porque estaban dispuestos a cultivar coca en sus carpas solares con destino a su acullico ya que la coca procedente de las áreas tradicionales está contaminada con agroquímicos. Lo anunciado no era cierto y ahora se sienten engañados. La coca actualmente sigue prisionera en la ONU, no está despenalizada, solo el acullico que simplemente era un saludo a la bandera a nivel internacional, ya de hecho el documento complementario de la ONU de 1988 reconocía el uso tradicional. El acullico nunca fue penalizado en los paises andinos y nunca se iba prohibir por respeto a los Derechos Humanos. Nadie nos puede prohibir consumir tarwi que contiene alcaloides ni la phasa aunque a nivel internacional nos consideren de geófagos, es nuestra tradición.
Con el exceso de propaganda sobre despenalización de la coca y el acullico, lo único que se ha logrado es promocionar mas cultivo de coca en Bolivia. Conste, el exceso es totalmente perjudicial si es que no se absorbe a tiempo con fines benéficos.
Por ejemplo cuando existe abundancia de producción de papa, inmediatamente lo dividimos en tres partes: al mercado, consumo familiar y su deshidratación (chuño y tunta) para almacenar en trojes que tendrá una duración de 50 años, la misma que será destinado para las épocas de escases o su comercialización posterior.
En cuanto a la abundancia de la coca, siempre será absorbida por la industrialización lícita como ilícita. El acullico ha disminuido de gran manera por muchas razones, los subproductos de la coca no tienen futuro, en cambio la cocaína aun todavía se ubica en un sitial contradictorio dentro de la historia de las drogas.
La coca-cocaína tuvieron su auge, en el pasado EE.UU. tenía sus cocales, Holanda fue el mayor exportador de coca a Japón; la coca era considerada sagrada y la cocaína como el mejor aporte a la ciencia; hasta que con el mal uso y abuso fueron prohibidos, sin embargo coca- cocaína, siempre se encontraban entre la luz y la sombra, lo sagrado y lo profano, del Dios y del diablo, la historia de estos productos es profundo y compleja.
El mundo oscuro de las drogas es totalmente abstracto y complejo, nos referimos a las drogas no médicas como la cocaína. El hombre utiliza el polvo blanco para su esnifado como también para fumar y otras formas de aplicación. La abundancia de la coca significa abundancia de la cocaína. Los medios de comunicación nos informan 31.000 has. de coca, una incautación de cocaína de 36,02 toneladas de pasta base y clorhidrato en la gestión de 2012, entonces surge la pregunta ¿cuántas toneladas de cocaína habrían salido del país por vías desconocidas y cuantas habrían quedado para su consumo interno? Realmente estas cifran son preocupantes.
Los enganchados al esnifado en especial los jóvenes desocupados, según la historia de los drogadictos, siempre han tenido sus vínculos con la criminalidad. Los asaltos a mano armada, violaciones con asesinato, corrupción, descuartizamientos y otros hechos delictivos que han sido noticia en nuestro país en los últimos años, seguramente la cocaína y otras drogas han dado el valor de ejecutar estos hechos de barbarie; porque una persona normal por mas desocupado que esté nunca se atrevería a ejecutar semejantes actos reñidos con la moral. Las drogas y el crimen siempre han sido sinónimos.
Hoy los “agroindustriales” en nuestro país casi siempre han sido extranjeros en compañía con algunos nacionales, en el futuro serán nuestros conciudadanos y como no podrán traficar a nivel internacional por el exceso de control, entonces comercializaran internamente, víctimas siempre serán los jóvenes. Entonces el gobierno no podrá declarar guerra contra su pueblo y viviremos en un ambiente de total inseguridad.
Por lo tanto, la coca no tiene ningún futuro por ser materia prima de la cocaína. El día que aparezcan los hijos de los cocaleros enganchados a las drogas, en un tiempo no muy lejano, los mismos que ayer salieron a festejar, saldrán en una manifestación con los carteles que anuncien: No a la coca ni a la cocaína, y sí a la seguridad ciudadana.