DECLARACIÓN DE ENCOD A LA CONFERENCIA DE LA UNION EUROPEA SOBRE UNA NUEVA ESTRATEGIA SOBRE LAS DROGAS
10/11 DE MAYO DE 2004 – DUBLIN, IRLANDA
EL CAMINO HACIA POLÍTICAS DE DROGAS JUSTAS Y EFICACES
Estimados delegados,
Esta declaración está escrita a nombre de ENCOD, una plataforma de organizaciones no-gubernamentales representando un gran número de ciudadanos europeos que están afectados y preocupados por las actuales políticas de drogas, y que desean sustituirlas por políticas más justas y más eficaces. En este momento, ENCOD consiste de 75 organizaciones miembros.
Estamos agradecidos por la oportunidad de hablar en esta conferencia, siendo uno de los primeros representantes no-gubernamentales que lo puedan hacer. Como una consecuencia de la independencia de nuestra organización, sin embargo, seguramente diremos algunas cosas a las que no están acostumbrados de escuchar en este tipo de eventos. Esperamos que puedan Ustedes dar una consideración justa y sincera a nuestras sugerencias para el diseño de las líneas básicas para un nuevo plan de 8 años sobre las drogas en la Unión Europea.
Lecciones del pasado
El actual plan de 5 años, el que fue adoptado por el Consejo de Ministros en 1999, tuvo seis objetivos muy concretos. Por lo tanto, es ahora posible medir el progreso realizado por las instituciones de la UE y los Estados Miembros. Los mencionados objetivos fueron:
una reducción significativa de la disponibilidad de drogas ilícitas
una reducción significativa de la prevalencia del consumo de drogas ilícitas
una reducción significativa del daño a la salud, la criminalidad, el blanqueo de dinero y el tráfico de precursores químicos relacionados con las drogas
un incremento del número de adictos tratados con éxito.
Todas las más confiables cifras disponibles sugieren que de estos seis objetivos, sólo se puede mantener que se ha logrado éxito en uno: el aumento del número de personas tratadas. Pero es un logro dudoso, cuando resulta que muchas personas que buscan tratamiento hacen ello solamente porque desean evitar sanciones o multas después de haber sido detenidas por la policía por la posesión de cantidades menores de drogas ilícitas. No podemos hablar de éxito, si en realidad muchas de estas personas no necesitan tratamiento, tal como revelan investigaciones en varios países.
De acuerdo a las últimas cifras de la Oficina de Crímen y Drogas de la ONU (UN Office on Drugs and Crime) la producción y el consumo de drogas han vuelto a crecer desde 1998. También gracias a las cifras de la UNODC, se puede calcular que cada segundo, más de 12.500 EUROs se genera por transacciones con drogas ilegales en todo el mundo. Puesto que los gastos de producción representan menos del 1 % de este monto, resulta bastante obvio por qué el tráfico de drogas ilícitas es una fuerza clave detrás mla criminalidad organizada y, como hemos visto recientemente, el terrorismo. Queremos insistir que solamente es la ilegalidad de las drogas, y por lo tanto las fáciles y altas ganancias hechas con el tráfico de ellas, que conecta las drogas con el terrorismo y el crímen organizado. Ambos utilizan nuestro sistema bancario para blanquear dinero y atacar las raíces democráticas de nuestras sociedades.
Según los cálculos del Observatorio Europeo sobre las Drogas y la Toxicomanía (OEDT), se gastaron en los años 90 approx. 3.6 mil millones de EUROs anualmente en la interdicción relacionada con las drogas en sólo 11 países de la Unión Europea. Ello significa 10 millones de EUROs por día. Mantienen los expertos que las operaciones policíacas dirigidas al tráfico internacional de drogas únicamente lograrían reducir las ganancias del narcotráfico si los montos interceptados representaran el 70% o más de la cantidad total. Actualmente, no logran capturar más de 10 a 20 %, y algunas autoridades insisten que hasta estea cifra está exagerada. Aún si lograrían capturar más, el impacto sería muy probablemente temporal, y un cambio de rutas y lugares de producción pronto resultaría en una restauración del flujo de drogas. Mientras tanto, más drogas de baja pureza y hasta sustitutos aparecerían en las calles, con probablemente efectos muy negativos para la salud de los consumidores. En el largo plazo, la prohibición de las drogas no puede lograr una reducción del problema, menos aún su erradicación. La historia en realidad demuestra que el contrario es verdad.
Las autoridades locales muestran el camino
Esta cumbre de la UE sobre drogas es la primera que cuenta con la presencia de los nuevos Estados Miembros de Europa Central y Oriental. Aquí, la integración gradual con Europa Occidental desafortunadamente ha resultado en un incremento del consumo de drogas, de la demanda del tratamiento, aumento del VIH/SIDA y otras enfermedades y de problemas relacionados al tráfico de drogas. El fenómeno de las drogas resulta ser una parte del proceso general de globalización, lo que significa que es difícil controlarlo. Pero los daños relacionados a ello pueden ser controlados de mejor manera, lo que es el caso en muchos países de la UE actualmente.
En los círculos de autoridades políticas, legales y sanitarias que tratan con el tema drogas a nivel local en Europa, se entiende perfectamente que la persecución del consumo de drogas es contraproducente. Como los funámbulos en una cuerda floja, las autoridades balancean entre la ley, diseñada para eliminar el consumo a través de la prohibición, y la aplicación pragmática de la ley, en la que la prohibición desde hace tiempo ha sido sustituida por la reducción de daños, en casi toda Europa.
Esta tensión crea situaciones bastante absurdas. Es absurdo permitir a las personas poseer tres gramos de canabis pero prohibirles de comprarlas. Es absurdo proveer a alguien de jeringuillas limpias pero no con heroína de buena calidad por un precio que no le requiera cometer crímenes o vender su cuerpo.
La combinación de prohibición y reducción de daños estallará tarde o temprano. Autoridades locales terminarán oponiéndose a sus homólogos nacionales, sobre todo en situaciones en las que las circunstancias se empeoran, tal como ha ocurrido últimamente. En Italia, en febrero de este año, las autoridades regionales abiertamente se opusieron a una propuesta de ley introducida por el ministro de Interior, Fini. La propuesta intentaba recriminalizar el consumo de drogas, que ha sido descriminalizado en Italia en 1993, luego de un referéndum. En los Países Bajos, una nueva directiva del gobierno nacional para reducir el número de coffeeshops enb el país fue frustrada por la resistencia de las municipalidades que albergan tales establecimientos, y no querían que desaparecieran.
Autoridades locales suelen tener mejor conocimiento del tema de las drogas. Es porque se han acostumbrado a escuchar a personas que están en contacto diario con la realidad. Están conscientes del impacto de sus decisiones sobre la vida de la gente común y corriente común y corriente. Saben que la reducción de daños es clave para controlar el fenómeno del consumo problemático. Las características de este consumo problemático no han cambiado en los últimos 5 años. Tal como fue reconocido por el director del Observatorio Europeo sobre las Drogas y la Toxicomanía (OEDT) en el informe annual de 2002, esto prueba el éxito de la reducción de daños, considerando el hecho de que el consumo de drogas mismo se ha incrementado.
Por otra parte, las agencias internacionales como la UNODC no se preocupan de rendir cuentas ante los ciudadanos. Por ello continúan advertiendo contra las prácticas de la reducción de daños, con el uso de argumentos dudosos tales como que llevaría al incremento del consumo de drogas. Este argumento no es nada más que una semilla de pánico, la que no tiene fundamento alguno en las estadísticas. El más reciente informe de la RAND Corporation, un instituto de investigación de mucho renombre, indica que es imposible hacer conección alguna entre las políticas de cannabis y la prevalencia del consumo de esta droga. Ello significa que en países con políticas relativamente liberales hacia el cannabis, la prevalencia no es mayor ni menor que en los países con políticas restrictivas. La misma tendencia se puede ver en los informes anuales del OEDT: la descriminalización del consumo de drogas no hace incrementar el consumo. Disminuye la criminalidad y la exclusión social, lo que deberían ser objetivos importantes de la política de la UE.
Una propuesta para el cambio
Como plataforma de ciudadanos, estamos convencidos de que la única manera para realmente minimizar todos los daños relacionados a la producción, distribución y consumo de drogas es de cambiar la lógica básica de las políticas tradicionales. De dejar de pensar que es posible reducir por la fuerza el uso y la producción de drogas, por no decir eliminarlos completamente. En otras palabras: nuestra recomendación es de terminar de prohibir y empezar a regular. No es una posición ideológica: es una predicción del orden lógico de los eventos que tendrán lugar, tarde o temprano. Justo como ocurrió con las reglas de tráfico y otros elementos riesgosos en la moderna sociedad europea, terminaremos implementando una política de drogas que busca promover la seguridad pública, la salud y la sostenibilidad, y adoptando un marco legal que facilitará esta política.
Solamente si la sociedad a través de sus representantes legítimos recupera el control sobre el mercado de las drogas, logrará reducir todos los males sociales que están relacionados con él actualmente. Europa, tradicionalmente un lugar donde se han desarrollado valores humanitarios, debería concebir una política diferente. Por ello, en ENCOD hemos desarrollado una propuesta para un nuevo acuerdo internacional sobre la regulación de la producción, tráfico y consumo de drogas, incluyendo las que están legales hoy día.
Según este acuerdo, cada país del mundo debería tener el derecho de establecer sus propios mecanismos para regular la producción y el consumo de drogas, como también formar acuerdos bilaterales con otros países con respecto a la oferta de drogas que ellos no pueden producir. Se deberían de fomentar relaciones sostenibles entre productores y consumidores de drogas, basadas en respeto mutuo y el reconocimiento del hecho de que el comercio justo sirve a beneficios mutuos. El establecimiento de facilidades básicas de salud y educación, medidas para evitar el daño ecológico y para garantizar la seguridad alimentaria, precios justos y acceso a mercado para todos los productos, incluyendo los derivados de plantas como hojas de coca, cannabis y opio, contribuirán a una racionalización de la producción de drogas.
De hecho, un mayor entendimiento del verdadero valor del recurso agrícola sostenible y orgánico que representan las plantas mencionadas, podría llevar a la introducción de una amplia gama de aplicaciones benéficas al ser humano. En el caso del cannabis o cañamo, no existen otras especies ni siquiera comparables al considerar la producción orgánica de fuentes de energía biológicas, proteína vegetal, terapéuticas herbales, papel, textiles, materiales de construcción y miles de otros productos esenciales.
La regulación del mercado será un instrumento eficaz para contrarrestar la intervención de intermediarios sin escrúpulos con medidas que protejarán los intereses de consumidores y productores. Estas pueden incluir el control de calidad en lugares de consumo, información adecuada sobre precios y calidad, y métodos de dispensación controlada. Los países que deciden permitir la distribución de drogas podrían hacerlo a través de la provisión por agencias públicas o a través del mercado libre. Autoridades sociales y sanitarias pueden supervisar el comercio de las drogas, y limitaciones específicas (con respecto a la publicidad o venta a menores, por ejemplo) pueden mantenerse.
El acceso a las drogas que representen riesgos significativos para el consumidor debe ser controlado de una u otra forma. Sin embargo, el sistema regulatorio jamás debe ser tan restrictivo que se produzca un mercado ilegal substancial. Una vez que aparece un importante comercio ilícito de una sustancia, podemos concluir que nuestra política ha fracasado y está destinada a aumentar en lugar de minimizar los daños del comercio y consumo de esta sustancia. Por ello, la falta de impacto de la actual política de drogas se ilustra mejor con la dimensión de la industria criminal de drogas, que tal como se ha mencionado antes, genera 12.500 EUROs por segundo – es 45 millones de EUROs por hora..
Una oportunidad para Europa
Ahora bien: qué pueden hacer Ustedes para obtener este cambio mayor en la política de drogas, un cambio que atacará los mayores intereses criminales y ahorrará por lo menos 10 millones de EUROs que se gastan diariamente en la interdicción del tráfico de drogas solamente en la “vieja” UE? Este dinero podría ser utilizado en cambio en programas de salud, cooperación de desarrollo y muchas otras formas de mejorar las condiciones de vida de millones de personas en todo el mundo.
Recuerden que si la prohibición de drogas fuera una empresa comercial, pronto terminaría en una bancarrota. Sin embargo, es una empresa pública, que se financia con dinero de los impuestos. Contrario a que uno podría esperar de sociedades abiertas y democráticas, virtualmente no existe ningún debate sobre la pregunta si debería continuar. Por cierto, ello se debe al rechazo de los políticos de ni siquiera discutir sobre políticas que sean contrarias a acuerdos de la ONU están pasados de moda y contraproducentes. Así que, antes de repetir la misma retórica hoy y mañana, acusando de todos los problemas relacionados a las drogas al mero hecho de que existen (tal como han hecho desde el comienzo mismo de la civilización humana), por favor reconsidere el enfoque con que han sido tratados en el último siglo.
Recuerden que los países europeos siempre fueron reacios a aceptar la prohibición universal de las drogas en el siglo XX. La manera en que se definió el consumo lícito e ilícito de las drogas tuvo muy poco que ver con la ciencia, pero más con el objetivo ideológico y geopolítico para establecer formas de control mundial.
Y recuerden que en Europa, durante los siglos XVI, XVII y XVIII, estaban prohibidos el tabaco y el café, y que fue el fracaso de esta política el que produjo un régimen de control de estas sustancias dentro de un marco legal. Ese régimen de control, que luego fue extendido también al alcohol, se dirige a reducir los daños a los consumidores y al mismo tiempo a generar impuestos para el estado. Deberíamos ser tan sabios como nuestros ancestros, y aprender las lecciones de la historia si queremos mostrar capacidad de dirección necesaria en este mundo cada vez más complejo.
Para más información, por favor contacte:
EUROPEAN NGO COUNCIL ON DRUGS & DEVELOPMENT
Lange Lozanastraat 14, 2018 Antwerpen, Belgium