PARA EL RECONOCIMIENTO DE UN MODELO (ENTRE OTROS) SOLIDARIO Y AUTOGESTIONADO
1 de septiembre de 2014
El fracaso de las políticas de drogas en el mundo está ahora reconocido por una gran parte del mundo. Se han abierto experimentos en todos los países donde el uso del cannabis no está criminalizado.
En Holanda, donde se desarrollaron los coffeeshops, nunca llegaron a solucionar el problema de la “back door” (puerta de atrás) por donde entra el cannabis de manera oculta. Productos vendidos a un precio caro y sin garantía de calidad.
En Uruguay desde hace poco se propone un proyecto de producción y de distribución estatal más barato que en el mercado negro. Buena intención, por supuesto, pero quieren proponer productos estándar cuya producción será gestionada por empresas como Monsanto.
En España han surgido centenares de clubes cannábicos muy diversos entre sí. Algunos funcionan como los coffeeshops de Holanda, con miles de socios. Otros se dedican más al aspecto médico, y otros de nuevo ponen hincapié a la reducción de riesgo etc…
Cada club tiene su perfil tal como cada socio. Tal paciente se fiaría más en productos estándar de farmacia, tal otro enfermo mas experimentado quiere diversos productos derivados (tintura, macerado de aceite, pasteles…) tanto como diferentes variedades porque le apetece mejor una sativa por la mañana y una indica por la noche. Eso lo puede administrar un cultivo privado cuando en la asamblea general del club se decide el proyecto anual.
En nuestro pueblo, nuestra pequeña asociación está hecha de gente muy diversa: mujeres, hombres, jóvenes, mayores, trabajadores, en el paro, afiliados por uso médico o recreativo.
El grupo fundador decidió que nuestra asociación tendrá dos aspectos: el cultivo será estrictamente privado y por otro lado desarrollará una presencia en el pueblo, deberá existir como una entidad del pueblo y proponer asesoramiento gratuito a nivel médico, jurídico, de cultivo (defendemos el cultivo de cannabis por uso personal) o de reducción de riesgo (prestamos vaporizadores por ejemplo o enseñamos como se prepara tintura o cualquier derivado). Obviamente con la ayuda de un médico y de un abogado.
El control de la calidad de las plantas pertenece a los socios, también la toma de decisiones, tal como el precio de las cuotas anuales o de consumo (precio al gramo), también el tema de los debates propuestos durante reuniones publicas en la Casa de la Cultura del pueblo.
Desde el principio hemos mantenido contactos cordiales con las autoridades policiales y políticas.
El día de hoy, la regulación del cannabis desarrolla una plusvalía enorme. Muchos clubes cayeron dentro de una espiral corrupta. Las autoridades estatales y farmacéuticas ven una mina de oro en ella. Resulta que esa plusvalía ha desarrollado un marco tóxico. A nivel de nuestro pequeño club de pueblo la eliminamos, la borramos y llevamos un cultivo privado de alta calidad asequible a todos.
Como menos dinero se lleva, más sano está el campo.
Pepi Barea y Jean-Michel Rodriguez
CSC Grazalema, España