BOLETIN DE ENCOD SOBRE LAS POLÍTICAS DE DROGAS EN EUROPA
NOVIEMBRE DE 2015
NEW YORK STATE OF MIND
Cincuenta y cinco años después de que la ciudad se convirtiera en la cuna de uno de los inventos más absurdos de la historia humana, la Convención Única de las Naciones Unidas sobre Estupefacientes, Nueva York será la sede de un evento que podría significar el final del mismo: la Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU sobre el Problema Mundial de las Drogas, entre 19 y 21 de abril de 2016. UNGASS 2016 es una tremenda oportunidad para que los gobiernos del mundo demuestren que han visto la escritura en la pared.
En serio: nadie espera que UNGASS de una respuesta a la pregunta cuál es la mejor manera de proteger a la población mundial contra los riesgos relacionados con las drogas. Sería ingenuo creer que esta respuesta se puede encontrar en una cumbre de tres días entre diplomáticos que viven en suites de hotel y se rellenan a sí mismos en restaurantes caros. Después de 55 años en los que la ONU ha justificado políticas de drogas que causan violencia, enfermedad, crimen, corrupción y miseria en el mundo, es difícil imaginar que puedan llegar a algo que sí funcione.
Para encontrar una solución a un problema mundial, se necesitan personas que piensan y actúan en nombre del interés común de la población mundial. Como fue demostrado por historiadores, los debates en las diversas cumbres que llevaron a las Convenciones de la ONU sobre Drogas siempre han estado fuertemente influenciados por representantes de la industria farmacéutica. No hay ninguna razón para creer que ello es diferente hoy día. También empresas como la Coca Cola, así como la industria del alcohol, del tabaco, de armas y de prisiones va a querer proteger los privilegios concedidos a ellos por la prohibición universal de drogas.
Lo mejor que le puede pasar en esta UNGASS es que los gobiernos empiezan a dar a sí mismos la posibilidad de desarrollar y poner en práctica una política de drogas que primero se ajuste a la realidad de su país y después a los acuerdos internacionales; no al revés. Se necesitaría una enmienda sencilla de las convenciones existentes, como la elaborada por Law Enforcement Against Prohibition, para devolver la responsabilidad de elaborar el mejor enfoque a las drogas a los que supuestamente tienen esta responsabilidad: los legisladores nacionales.
En realidad los gobiernos ni siquiera necesitan tal enmienda. De acuerdo con el artículo 2, capítulo 5b) de la Convención Única de las Naciones Unidas sobre Estupefacientes, “los países prohibirán la producción, fabricación, exportación e importación, comercio, posesión o uso de estupefacientes, si a su juicio las condiciones que prevalezcan en su país hacen que sea este el medio más apropiado para proteger la salud y el bienestar públicos. ‘
Desde 1976 las autoridades holandesas permiten la posesión y venta de cannabis a consumidores, porque en su opinión, la prohibición total no es el medio más adecuado. Desde 2012, el gobierno de Uruguay emplea la misma opción de salida para legalizar gradualmente toda la cadena de producción hasta consumo. En ambos casos, el organismo de control de la ONU sobre las políticas de drogas, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, ladró con fuerza, pero no mordió, simplemente porque carece de dientes para morder.
En un mundo ideal, los países primero echarían un buen vistazo a los impactos de las leyes de drogas antes de enviar una delegación a la UNGASS. A fines de tener un debate bien informado en la ONU, los gobiernos deben basar sus opiniones sobre los testigos de primera mano del impacto de las políticas actuales, así como de las perspectivas de los enfoques alternativos, incluyendo la legalización.
Por lo tanto ENCOD presenta un desafío a los miembros de los parlamentos de Europa: organizar audiencias públicas con la participación de la sociedad civil afectada y preocupada por el problema de las drogas antes de la UNGASS. La pregunta podría ser muy sencilla: Son las Convenciones de la ONU una forma útil y legítima para proteger a la población de los daños relacionados con las drogas?
Todos los ciudadanos europeos pueden unirse a este desafío, leer más sobre ello aquí.
En la UNGASS misma se trata de presentar la mayor cantidad posible de pruebas producidas por la ciencia y la realidad de cada dia que la prohibición de drogas es contraproducente para la misión básica de la ONU y, de hecho, de todos los gobiernos, que es fomentar la paz, la salud, el desarrollo, la seguridad y los derechos humanos de todos los ciudadanos.
Es una oportunidad para que la élite global escuche la voz de los sin voces. Voces que hablan de las vidas que podrían salvarse y mejorarse, de los beneficios para la seguridad pública, la credibilidad de las autoridades, la salud de los ciudadanos y el tesoro si las drogas que figuran en las convenciones de la ONU se producirían y se distribuirían de manera transparente, en donde todos los involucrados pueden ser responsabilizados, donde el comercio sea justo y respetuoso del medio ambiente, y donde la salud pública es la prioridad número 1.
ENCOD planea enviar una brigada de paz a Nueva York para unirse a los activistas de otros continentes en un esfuerzo para expresar la voz de los sin voces. Usted puede ayudar a esta brigada. ¿Cómo? [Lea más aquí.
Pase lo que pase en la UNGASS de 2016, la guerra contra las drogas no habrá terminado. Incluso si la ONU apoyara oficialmente a los gobiernos nacionales a experimentar con políticas de drogas hechas en casa, no estaría seguro cómo serían estas políticas en la práctica. En ese momento, los defensores de los intereses privados, sin duda, cercarían a los que toman las decisiones a nivel nacional para asegurar su parte del pastel. Todavía habrá una parte considerable de la clase política y legal que seguirá haciendo todo lo posible para mantener las drogas prohibidas, mientras que al mismo tiempo, prepararán un cambio de rumbo que beneficiará a ellos mismos. Mientras tanto los que se oponen el monopolio de drogas, siendo legal o ilegal, seguirán siendo insuficientemente representados en el debate.
Por lo tanto ENCOD está preparando una estrategia que utiliza plantas en lugar de palabras. Cultivar plantas psicoactivas para el propio consumo o establecer una forma no lucrativa para distribuirlas a otros adultos es un medio mucho más apropiado de proteger la salud y el bienestar que el mercado ilegal. Un niño puede ver eso.
Por lo tanto, a partir de 2016, ENCOD planifica lanzar un esquema de regulación que es tan simple como suena: Libertad para Cultivar. Vamos a movilizar a todos los ciudadanos europeos a poner en práctica la mejor manera disponible de proteger su salud y bienestar. Un modelo en el que los adultos tienen acceso autónomo a las sustancias que mantienen o mejoran su salud mental y / o física, de conformidad absoluta con las convenciones internacionales de derechos humanos que protegen el derecho a la salud, a la cultura y a la vida privada.
Si los gobiernos o los parlamentarios no pueden resolver esto, los ciudadanos lo harán en su lugar.
Por Joep Oomen
Foto: Paul von Hartmann
NOTICIAS DEL SECRETARIADO
Encod participará en la Cannafest de Praga entre 6 y 8 de noviembre.