Fuente: El País
10 de agosto de 2012
Por Mercè Pérez Pons
El polémico proyecto del regidor de impulsar una plantación de marihuana sigue en los tribunales
El municipio tarraconense de Rasquera, de 950 habitantes, ha dado la vuelta al mundo este año tras impulsar una plantación de marihuana a gran escala junto a un club de fumadores privado, ABCDA. Su alcalde, Bernat Pellisa, afronta su última etapa en el puesto; dimitirá en verano de 2013 porque no logró el 75% de los apoyos de los vecinos en el referendo convocado para sondear la aceptación de la medida, que resultó del 56,3%. “Me comprometí, por lo que si aguantara la legislatura se me caería la cara de vergüenza ante los vecinos”, afirma desde su despacho consistorial. Acaba de cumplir 39 años, lleva desde 2003 ejerciendo de alcalde y fue la cara visible de la polémica.
El contrato con ABCDA establece la reserva de dos invernaderos de 1.000 metros cuadrados para el cultivo de la droga. Los ingresos servirían para paliar la deuda municipal, cifrada en dos millones de euros. Sin embargo, las semillas no se han plantado porque el asunto está en los tribunales. “Hay un contencioso administrativo interpuesto por el abogado del Estado, pero ya hemos superado el debate moral. Continuamos trabajando en el ámbito científico y el consumo terapéutico. En EE UU está implantado en 17 Estados, los agricultores empiezan a hablar del huerto verde del siglo XXI. El proceso es imparable. En Cataluña hay muchas plantaciones. Un particular se puede poner en contacto con una asociación y plantar, nosotros solo queremos hacer de mediadores porque nos gustaría que el dinero repercutiese al pueblo”, dice Pellisa, convencido de que las críticas lo son por “hipocresía”.
Y para demostrarlo enumera puntos del contrato con el club de fumadores: “Hay mesa de seguridad, plan de prevención de riesgos, participación de la sociedad y de las Administraciones. Nos acusaban de convertirnos en el cártel de Medellín, pero la Generalitat ha hablado con las asociaciones y en septiembre hay una comisión sobre autoconsumo”.
Debido al revuelo, se dio de baja de ERC y se ha vuelto crítico con los partidos. “Me parecen miserables las batallitas por ocupar una silla y tener poder”, asegura el alcalde de Rasquera, quien se considera independentista. “No tengo nada contra ellos pero no me siento español. Para mí los españoles son muy buenos vecinos. Cataluña tiene que empezar a crear estructura de Estado e independencia económica”, sentencia. Y ya ha sentado las bases para esto último: “Tendríamos que vender el pueblo diez veces para pagar la inversión en publicidad hecha, por eso hemos registrado la marca”.
Aún así, el Ayuntamiento debe devolver un crédito a Hacienda avalado con posibles ingresos del cannabis. “Rehicimos el plan de ajuste. Nosotros no conocemos la igualdad de oportunidades: hasta hace tres años no tuvimos banda ancha de Internet rural y un mega costaba 36 euros”.
¿Fuma marihuana? “Eso es cosa mía. No digo que sea bueno o malo, pero fumar cannabis es un derecho”.