Según la prensa internacional, el belga Raymond Yans, presidente de la JIFE, sostiene que la aplicación de la ley, aprobada esta semana por el Senado uruguayo, viola la Convención sobre drogas de 1961
Comentario de Joep Oomen – Encod
12 de diciembre 2013
El presidente del organismo de la ONU que vigila el cumplimiento de las normas internacionales sobre drogas se mostró este jueves muy crítico con la ley que legaliza la marihuana en Uruguay y subrayó que no respetar los convenios internacionales de los que se forma parte es propio de “piratas”.
“Este es un tipo de visión propia de piratas, que un país decida no retirarse de la Convención y tampoco respetarla”, recalcó Yans, presidente de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).
“Esperamos que las altas autoridades de Uruguay entiendan que esto es un error, que no es el camino correcto para tratar con asuntos relacionados con el control de drogas”, dijo Yans.
Yans tiene una trayectoria larga en las instituciones internacionales que mantienen la política represiva a las drogas. Durante 5 años (entre 2002 y 2006) presidió el Grupo de Dublin, un órgano creado por los Estados Unidos y la Unión Europea para coordinar estrategias de erradicación y sustitución de cultivos ilícitos. Una de estas estrategias fue el Plan Colombia, que llegó a costar billones de dolares sin reducir significativamente la cantidad cultivada con hoja de coca ni la presencia de la cocaína en el mercado.
En su país natal, Bélgica, Yans es conocido como un ex-maoísta que se convirtió en fiel servidor del aparato burocratico, aunque guardó su fanatismo extremista en su lucha contra las drogas.
En Bruselas Yans ha aparecido como el invitado especial de organizaciones como “Europa Contra las Drogas” y similares grupos que luchan por mantener la prohibición de las drogas, algunos de los que están asociadas con la Iglesia de Cientología. Utilizando sus contactos al nivel europeo ha hecho bastantes esfuerzos para detener la influencia de las organizaciones que abogan por la regulación de las drogas en el debate europeo, delante y detrás de las escenas.
En enero de 2006 la plataforma Encod había invitado al presidente recientemente electo boliviano, Evo Morales, a una conferencia sobre la hoja de coca en el Parlamento Europeo en Bruselas. Yans intervino mandando un mensaje claro a La Paz de que si Morales aceptara esa invitación, Bélgica reconsideraría su colaboración con Bolivia en otros temas de interés nacional, tal como la política de nacionalización de los yacimientos de petróleo y gaz.
Convertirse en presidente de la JIFE en 2012 debe haber sido la realización de un sueño para este ‘apparatsjik’ dispuesto a defender lo indefendible.
En Viena puede jugar el fiscal antidrogas del mundo. En mayo de este año recordó al gobierno de los Estados Unidos que la legalización del cannabis para todo uso en Colorado y Washington era una violación de los Tratados. Hoy exige explicaciones del Uruguay, amenazándole que la legalización para adultos aumentará la criminalidad y el consumo entre los más jóvenes:
“Las mafias se centrarán en aquello que está prohibido, y lo que sigue prohibido es el mercado para menores de edad”, dice Yans.
O sea para evitar ello habría que seguir prohibiéndolo a los adultos?
En una de las peores estigmatizaciones del cannabis propios de los años 30, Yans afirma que “la marihuana es una ruleta rusa. Su efecto nunca es el mismo en las personas”.
Y mantiene que “en todos los países en que esta droga fue legalizada, como Suecia durante los años 70 del siglo XX, ha habido un enorme incremento de consumidores de drogas en los primeros años”.
En realidad en Suecia el cannabis jamás estuvo legal. Hubo un experimento con la dispensación mal controlada de anfetaminas en los años 60, pero desde entonces tiene una de las políticas más represivas del mundo.
En Holanda, donde el acceso al cannabis ha sido tolerado desde 1975, el consumo es menor o igual que muchos de los países vecinos.
Yans se preocupa porque el presidente de Uruguay no le quiere recibir.
Sr. Mujica, no pierde su tiempo con esta figura trágica de la historia de la política de drogas.