Libertad de cultivar en los Cannabis Social Clubs
Hoy en día la mayoría de los países europeos no condena el consumo ni (de manera menor) la posesión de cannabis para el uso personal. Los Países Bajos permiten vender en cantidades pequeñas para el uso personal desde hace años. En Suiza varios cantones toleraron el cultivo y el negocio del cáñamo legal desde hace tiempo, sin controlar el contenido de THC estas regulaciones del mercado fueron rechazadas por el parlamento en junio de 2004.Desde entonces los controles han sido muy terminantes y diezmaron rápidamente el mundo del cáñamo , los granjeros y las tiendas cañameras. Ya no hay fuentes oficiales que existen para abastecerse en cannabis. Millones de gente cada día deben comprar su cannabis a organizaciones más o menos criminales. Las consecuencias sociales y económicas han sido un desastre.
Legalización de la auto-producción y del consumo.
La única alternativa es la auto-producción , pero muy pocos países permiten el cultivo de plantas. En la mayoría de las legislaciones europeas, condenan como crimen la auto-producción, pero se trata a menudo como delito menor en realidad, se debe al riesgo del procesamiento criminal junto con otros obstáculos prácticos, solamente los 20 a 25 por ciento de la demanda se tratan de esta manera.
Las convenciones internacionales no obligan los países a prohibir ni la producción ni el consumo para uso personal. Los gobiernos pueden legalizar la auto-producción y el consumo sin tener que temer sanciones internacionales. Pero incluso si está tolerado, el modelo del auto-cultivo no es suficiente para la demanda enorme y no ofrece ninguna garantía para la producción limpia, la protección de menores de edad,el trabajo negro y el mercado negro.
No hay consenso para la producción o el comercio
Los Parlamentos Europeos y los gobiernos todavía están en contra el cultivo de cannabis para el comercio regulado. Creen que un sistema comercial está en contra las convenciones internacionales, que apoya la exportación y el turismo de la droga, que estaría disponible demasiado fácilmente y por lo tanto conduciría hacia más consumición especialmente entre la juventud. Estos miedos son compartidos por muchos políticos europeos, que están dispuestos a hacer los esfuerzos para mejorar la situación, como los diputados que aceptaron el informe de Catania. El movimiento de reforma tiene que integrar estas objeciones. Una solución sería posible si la auto-producción para los adultos así como el cultivo colectivo de las cantidades mínimas para el consumo personal fue tolerado.
ENCOD presenta los “Cannabis Social Clubs”
ENCOD, una red europea de más de 100 grupos que intervienen en el asunto de las drogas, está trabajando en un modelo para la producción y la distribución de cannabis para adultos, sin intención de lucro , el Club Social del Cannabis (CSC).
Los CSCs son asociaciones sin ánimo de lucro que organizan el cultivo profesional, colectivo de cantidades muy limitadas de cannabis, apenas bastante para cubrir las necesidades personales de sus miembros.El cultivo, el transporte, la distribución y la consumición tendrían que ser sometidos a los controles de seguridad y de calidad, todos esto sin publicidad, ni carteles , ni escaparates .
Los miembros financian este sistema por subscripción según sus necesidades. No habría ningún negocio posible. No se permitirá vender ninguna hierba y los miembros deben comprometerse en no incitar a nadie a consumir , sobre todo a los menores de edad.
Un proyecto de Europeos
Hoy en día hay CSCs activos en España y Bélgica. La asociación “Trekt Uw Plant” (“Haz tu planta”) que ha sido creada por consumidores de cannabis en Amberes está comenzando su primera plantación colectiva. De acuerdo con la política belga federal la plantación de una planta hembra se tolera, aunque no sea totalmente legal. Instalando una plantación colectiva “Haz tu planta” intenta solucionar el problema de mucha gente que no puede cultivar.Esta acción también va por un mejoramiento de la seguridad legal para el cultivo de cannabis, reducción del mercado negro, consumición de los menores de edad y en la protección sanitaria del consumidor. Desde la decisión positiva en abril de 2006 en Bilbao en favor de una iniciativa similar, la asociación Pannagh, varios grupos de consumidores de cannabis ha comenzado su trabajo bajo supervisión de las autoridades españolas. En los E.E.U.U. y en Canadá existen cultivos colectivos para los usuarios médicos. Estos cultivos, sin embargo, están funcionando de una manera menos transparente que este modelo.
Un modelo flexible
En varios países, se ponen algunas iniciativas con un modelo similar. Todo depende de la legislación y la práctica política, los CSC pueden crearse bajo distintas formas. En los países o las regiones los más progresistas, estos círculos privados de usuarios podrán también ofrecer a sus miembros un espacio abierto al consumo de cannabis, a cambio de una separación de los mercados de los estupefacientes y de un alto nivel de prevención y asistencia para los usuarios problemáticos. Estos lugares favorecerán su detección precoz. El principio asociativo sin ánimo de lucro lo garantiza mas que en los negocios donde el responsable o los empleados no promoverán el consumo. La cantidad limitada por persona contribuye también.
Una alternativa creíble
Las ventajas del Cannabis Social Club son numerosas. En primer lugar, este modelo permite la gestión de la producción para consumo personal y la distribución sin comercio ni importación/exportación de cannabis. No es contrario a los convenios internacionales. Al dar la posibilidad a adultos de auto-abastarse en cannabis, este mercado va a convertirse en más transparente. Se utilizarán mejores métodos para la Salud Pública y el medio ambiente para cultivar el cannabis. El mercado negro va a disminuir con los problemas vinculados: aumento del nivel de THC, productos de adulteración , precios elevados, violencia, venta a los menores, molestias publicas… Las autoridades podrán establecer un marco razonable y controlar los CSC durante el proceso entero, desde el cultivo hasta el consumo. Los CSC pueden producir empleos y compras oficiales de las cantidades considerables de mercancías y servicios que se imponen y se tasan . Este sistema puede proporcionar rápidamente a los consumidores una alternativa al mercado negro.
Para mostrar nuestra determinación, comenzemos ,en todos los sitios donde eso parece posible , experiencias : Energías renovables, cultivo biológico, selección genética razonable, información sobre los productos, cantidad individual realista, cuota mensual, cultivo y distribución discretos y asegurados, sin publicidad, contratación de los miembros por patrocinado para limitar el número de miembros y la infiltración de elementos perturbadores… esas son las bases concretas para comenzar una acción indispensable.
Para acabar con el caso cannabis
La producción y la distribución cooperativa del cannabis proporcionarían directamente cerca de 200.000 empleos , tiempo parcial y empleos estacionales en cada pais. Los sueldos, las tasas y los impuestos del sector ingresarían mil millones de euros en la economía oficial, constituyendo así un innegable factor de crecimiento. Los jóvenes y los menos jóvenes usuarios de cannabis no tendrían ya la impresión de ser enfermos bajo tutela o criminales. Es necesario cambiar el estatuto jurídico del cannabis. ¿Cómo pasar de una prohibición total a una regulación del mercado que protege la salud y la seguridad pública garantizando al mismo tiempo un impacto socio económico muy positivo?
Servicio mínimo: la despenalización
Sin romper sus compromisos internacionales ni trastornar el equilibrio europeo en cuanto a las drogas, un país puede despenalizar el consumo privado de cannabis e inmediatamente tolerar la posesión pública de 10g, la posesión privada y la producción de cantidades razonables para el consumo de los mayores del hogar, por ejemplo 500g y el cultivo de 5 plantas por adulto. Como para el tabaco, el consumo en los lugares públicos accesibles a los menores y no disponiendo de espacio no fumadores debe de ser prohibido. Sería necesario también tolerar la venta de semillas y esquejes para facilitar la auto producción y así minimizar la parte del mercado negro sobre todo de importación. El cannabis y sus derivados deberán también reinstalar el cuadro de los medicamentos con un sector legal de cannabis terapéutico.
Motivaciones: restablecer los derechos de millones de consumidores que se consideran injustamente criminalizados, restaurar la confianza en la ley y las instituciones, favorecer el acceso al dispositivo de cuidados, dar coherencia a la política global de lucha contra las adicciones, establecer un dispositivo eficaz de reducción de riesgos, ofrecer una alternativa al mercado negro sin destruir la economía negra (que implican ventajas inconfesadas), no exponerse a sanciones internacionales.
¿ Por qué regular?
La despenalización del consumo (con tolerancia de la auto producción) no es más que una medida complementaria de este fenómeno social. Pone de nuevo el cannabis en la esfera privada, baja la presión policial y social sobre todo sobre la juventud, favorece un diálogo constructivo sobre la Salud Pública. Disminuye sin hacer desaparecer la economía paralela, la fuga de dinero negro, el control de la producción y la distribución en cantidad por pandillas de malhechores y organizaciones criminales.La mayoría de los consumidores no tiene la posibilidad de cultivar su cannabis. Estas medidas serían muy bien percibidas por la juventud burguesa y los neo rurales. Los jóvenes de suburbios escaparían a la caza de la chinita, es mucho ya, pero estarían todavía bajo la tentación de ser camello. La prevención no sería financiada por los impuestos, todavía el impuesto no seria tomado. Es preferible regular la producción en cantidad, la distribución y el consumo.
¿Qué estatuto para el cannabis?
Este dispositivo debe traducir la idea que el consumo de cannabis, aunque constituye un peligro relativo para el usuario, debe de tolerado mientras esté incluido en la vida privada y no perturba el orden público. Esta es la razón por la cual que negocios como los estancos, los bares e incluso las tiendas del cáñamo del modelo suizo o los coffee-shops holandeses son demasiado visibles, demasiado incitativos. Favorecen la crítica de laxismo, de mala señal para juventud, de cannabis en venta libre al supermercado y otras imágenes negativas asociadas a un estatuto demasiado permisivo. El dispositivo general no debe tampoco confundirse con la distribución de cannabis terapéutico, no se pueden medicalizar los millones de usuarios razonables, es una hipocresía. En cualquier caso, los farmacéuticos no son entusiastas a la idea de administrar diariamente a esta población y los laboratorios prefieren trabajar con costosas versiones pseudo sintéticas patentadas más bien que con plantas.
Algunos Estados americanos y canadienses eligieron una amplia difusión del cannabis por razones médicas, a veces muy vago. Es una medida compasada indispensable para algunas patologías pero eso no debe convertirse en un sistema paralelo de distribución. Va de la credibilidad terapéutica del cannabis. Se puede aplicar el modelo de substitución de los consumidores abusivos que desearían dejar de fumar cannabis dándoles una tintura que debe beberse con nivel de THC regresivo o no. Es un dispositivo de reducción de los riesgos y eventualmente de apoyo no un sector de muchedumbre. La mayoría de los usuarios percibirían muy mal de pasar del estatuto de criminal al de enfermo. La solución más razonable sería la colectivización de la tolerancia de producción personal. Asociaciones sin ánimo de lucro podrían agrupar a los usuarios que no pueden cultivar y otorgan autoridad para garantizar esta producción. Este sistema no comercial permitiría no obstante la creación de numerosos empleos. Pasa el obstáculo de los convenios internacionales.
Cooperativa de producción
Las asociaciones podrán producir directamente para sus miembros o comprar a productores autorizados. Las derogaciones para la producción de cáñamo rico en THC se concederán prioritariamente a la agricultura ecológica, estrictamente razonada. Una comisión compuesta de científicos, de representantes de los Ministerios, de productores y usuarios deberá establecer normas sanitarias y procesos de fabricación aceptables para el consumo humano. Para no caer bajo los convenios que prohibirán el comercio internacional del cannabis, la producción se hará en el territorio del mismo país. Un organismo de control efectuará los análisis y las investigaciones que garantizarán la integridad del sector. La policía, la guardia civil y la administración fiscal conservarán un poder represivo del mercado negro y del incumplimiento de las normas de tolerancia. Las autoridades ministeriales, del gobierno civil y del ayuntamiento podrán limitar el número de derogación de cultivo.
Círculos de consumidores
Estas asociaciones podrán abrir clubes de consumidores en lugares no expuestos a la vista y sin publicidad exterior. Estos lugares abiertos de 18h hasta medianoche entre semana y hasta las 2 los fines de semana, reservados a los miembros, podrán distribuir el cannabis reservado por las cuotas. Cada miembro recibe una tarjeta a unidades que corresponde a su crédito con máximos anuales o mensuales. Esta cuota flexible podría depender de la edad del miembro. Para cortar la propagación del consumo por imitación hacia los más jóvenes y aliviar las calles, conviene autorizar la inscripción a partir de 16 años. Es coherente con relación al bar y a la cerveza, con relación a la edad media de los usuarios. Por el contrario, se podría limitar la cantidad 30 gramos al mes hasta 18 años, 60 g hasta 21 años y 100 g más allá. Esto con el fin de limitar los excesos y el mercado negro hacia los niños o el narco turismo.
Las adhesiones incluirán una cuota excepcional para la prevención y la seguridad social. Estos círculos privados de usuarios podrán también ofrecer a sus miembros un espacio abierto al consumo de cannabis a cambio de una misión de estricta separación de los mercados de los estupefacientes, de una política activa de lucha contra la violencia de carreteras, de una detección de los usuarios problemáticos para orientarlos hacia las estructuras de prevención y asistencia. Las asociaciones deberán respetar unas condiciones: la venta y el consumo de alcohol estarán prohibidos, obligación de poner a disposición vaporizadores y campañas de prevención contra el humo y los otros temas sanitarios, consumo gratuito para los conductores abstinentes, adhesión de los clubes a una o más asociaciones que organizarán un sistema de puesta a disposición de conductor copiado sobre las operaciones nariz- rojo, prevención de la violencia. Las autoridades podrán limitar el número de círculos y las zonas de implantación en función de imperativos de orden público.
Beneficios socio-económicos
Este dispositivo permitiría crear en todo el territorio decenas de millares de empleos no cualificados en la producción, el acondicionamiento, la seguridad y la distribución de cannabis para los mayores de edad. Las minorías étnicas conocen mas este mercado y estos productos, deberían proporcionar excelentes empleados sin criterios de discriminación. Círculos podrían instalarse en zonas privadas para la vida social por la política higienista del PCF de los sesentas. Para salvar los obreros del abuso, frenaron la implantación de los bares en suburbio, sobre todo en los nuevos barrios. Los beneficios de un sistema asociativo serían suficientes para abastecer una política de educación sanitaria que incluye una prevención objetiva y la reducción de los riesgos vinculados a todas las drogas. Este dispositivo incluiría la detección y la asistencia socio médica de los usuarios abusivos y de sus familias. Seguiría siendo seguramente bastantes fondos para financiar la animación socio-cultural local.