De gran calado
Fuente: Revista Cambio, Colombia
11 de octubre, 2007
Hace dos semanas, dos fiscales del distrito de Nueva York llegaron al
búnker de la Fiscalía para enterarse del estado en que estaba la
investigación contra varios oficiales y suboficiales de la Armada
colombiana, supuestamente involucrados en la venta de mapas de ubicación de guardacostas de la Marina de Estados Unidos a grupos de
narcotraficantes.
Sin embargo, a medida que avanzaba la reunión y los fiscales tomaban
notas sobre nombres, rutas y situaciones descritas en los expedientes,
uno de ellos reveló la verdadera razón de la visita. Aseguró que tenía
información confiable según la cual miembros de la Marina de Estados
Unidos vendían cartas de navegación a grupos de narcotraficantes de la
Costa Atlántica .
“Estamos muy preocupados por este hecho-dijo-. Es un tema de seguridad
nacional porque todo indica que la mafia colombiana conoció la ubicación
exacta de los barcos estadounidenses en el Caribe por cuenta de una
información entregada por uno de nuestros militares de la sede del
Comando Sur en Miami”.
No obstante el calibre de la revelación, los fiscales colombianos no se
mostraron sorprendidos. Ya desde el 26 de agosto pasado, tras la captura
de Víctor Palmera Quintana, un ex suboficial de la Armada, primo hermano
del jefe de las Farc, Ricardo Palmera, Simón Trinidad, las autoridades
habían empezado a sospechar que miembros de la Marina estadounidense
tenían nexos con una red de narcotraficantes a los que vendían
información vía celular sobre posiciones de los guardacostas.
Palmera, que estuvo preso en 2001 en la cárcel de Montería por rebelión
y en 2002 fue señalado de participar en el atentado contra el presidente
Álvaro Uribe en Barranquilla, fue capturado en el barrio Nogales de esa
ciudad y, allí, los investigadores encontraron un computador portátil,
cuya memoria tenía un archivo completo con 50 cartas de navegación con
las posiciones no sólo de guardacostas colombianos y estadounidenses,
sino franceses, ecuatorianos y chilenos. También hallaron tres celulares
en los que descubrieron información clasificada sobre ubicación de naves
patrulleras de guardacostas de las marinas de Estados Unidos y Colombia.
Los datos fueron remitidos al CTI para su análisis.
CAMBIO tuvo acceso a una de las cartas de navegación archivadas en el
computador de Palmera, donde están señaladas las posiciones de barcos
cerca de las costas de Cartagena, Bahamas, Nicaragua y Trinidad y
Tobago, así como la descripción exacta de las unidades de interceptación
y su área de patrullaje (ver mapa).
Los investigadores tuvieron acceso a la declaración que el 22 de
septiembre de 2004 dio a la Fiscalía Rider de Jesús Montes Márquez,
condenado por homicidio y recluido en la cárcel Las Mercedes de
Montería. En ella, Montes relata que, cuando estaba en la cárcel,
Palmera le mostró “las cartas de navegación y los informes de embarque y
desembarque de droga” y le contó que había trabajado con la DEA y que,
como sargento de la Armada, conocía las rutas para mandar coca por
Jamaica, Panamá, España y México. “Él hacía las cartas después de que lo
llamaba un tal Nicolás desde Cartagena -reveló Montes-. Él hablaba del
comandante del frente 35 de las Farc”.
Palmera no trabajaba solo. Con base en interceptaciones telefónicas y
seguimientos, los investigadores descubrieron que por los menos 10
hombres de la Armada trabajaban con el ex suboficial, hoy pedido en
extradición por una corte de Columbia por concierto para distribuir
cocaína.
Palmera ha colaborado con la Justicia y ha dado información que les ha
permitido a los fiscales a establecer en parte quiénes son los miembros
de la Armada que hacen parte de la red que trabaja para la mafia.
“Tenemos listas las órdenes de captura y en breve el país sabrá los
nombre de suboficiales y oficiales comprometidos en este favorecimiento
con fines de narcotráfico”, le dijo a CAMBIO uno de los investigadores.
Mientras tanto, expertos en descifrar códigos buscan más información en
otro computador incautado a Palmera, con la esperanza de redondear el
caso en el cual también ha sido implicado el almirante ¿ Gabriel Arango
Bacci. Según uno de los investigadores, “la infiltración en la Armada
es un tema de mucho más calado de lo que se conoce hasta el momento”.