Guerra contra las drogas fracasó y debe ser replanteada, afirman ex presidentes e intelectuales
Fuente: El Tiempo
11 de febrero de 2009
Un grupo de personalidades latinoamericanas, reunido en Río de Janeiro, cuestionó la estrategia de combate al narcotráfico por sus costos sociales y económicos y la amenaza a las democracias.
“Las políticas prohibicionistas basadas en la represión de la producción y de interdicción al tráfico y a la distribución, así como la criminalización del consumo, no han producido los resultados esperados. Estamos más lejos que nunca del objetivo proclamado de erradicación de las drogas”, señala uno de los apartes más destacados de la declaración final.
Las recomendaciones forman parte del documento “Drogas y democracia en América Latina: hacia un cambio de paradigma“, divulgado en Río de Janeiro.
Entre los firmantes del documento están los expresidentes latinoamericanos Fernando Enrique Cardoso, de Brasil; Ernesto Zedillo, de México y César Gaviria, de Colombia.
También lo firman intelectuales y personalidades como Paolo Coelho, de Brasil; Enrique Santos, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa; Mario Vargas Llosa, de Perú; Sergio Ramírez, de Nicaragua; Moises Naim y Tomas Eloy Martinez.
Señala que la estrategia actual de la lucha contra las drogas, sustentada en prejuicios, temores y visiones ideológicas, está fracasando.
“El tema se ha transformado en un tabú que inhibe el debate público por su identificación con el crimen, bloquea la información y confina a los consumidores de drogas a círculos cerrados donde se vuelven aún más vulnerables a la acción del crimen organizado”, señala la declaración.
Si se rompe este tabú se podrá construir una política basada en nuevos paradigmas y sería má segura, eficiente y humana.
“Eso no significa condenar en bloque políticas que han costado enormes recursos económicos y el sacrificio de incontables vidas humanas en la lucha contra el tráfico de drogas. Tampoco implica desconocer la necesidad de combatir a los carteles y traficantes”, afirma la declaración.
La declaración propone abrir la discusión de estrategias alternativas “con el concurso de sectores de la sociedad que se han mantenido al margen del problema por considerar que su solución incumbe a las autoridades”.
“Es imperativo examinar críticamente las deficiencias de la estrategia prohibicionista seguida por Estados Unidos y las ventajas y los límites de la estrategia de reducción de daños seguida por la Unión Europea, así como la escasa jerarquía que le dan al problema de las drogas algunos países, tanto industrializados como en desarrollo”, señala otro de los apartes de la declaración.
En el aparte en el que mencionan a Colombia, la declaración señala que los descomunales esfuerzos realizados no se compadecen con los resultados.
“A pesar de los significativos éxitos de Colombia en su lucha contra los carteles de la droga y la disminución de los índices de violencia y de delitos, han vuelto a aumentar las áreas de siembra de cultivos ilícitos y el flujo de drogas desde Colombia y el área Andina”, señala la declaración.
Los expresidentes e intelectuales también le dedican un aparte a México para reslatar el acelerado aumento de la violencia promovida por los criminales del narcotráfico.
“Esto plantea desafíos al gobierno mexicano en su lucha contra los carteles de drogas que han reemplazado a los traficantes colombianos como los que introducen la mayor cantidad de narcóticos al mercado de Estados Unidos”, agrega el documento.
“La traumática experiencia colombiana sin duda es una referencia para que se evite el error de seguir las políticas prohibicionistas de Estados Unidos y se encuentren alternativas innovadoras”, agrega la declaración.
Los firmantes también cuestionan la falta de una correspondencia política por parte de las autoridades de Estados Unidos en la reducción del consumo de drogas en su país.
El documento es un poco más favorable a la política europea de lucha contra las drogas, aunque también le formula críticas:
“La política europea de focalizar en la reducción de daños causados por las drogas, como un asunto de salud pública, mediante el tratamiento de los usuarios, se muestra más humana y eficiente. Sin embargo, al no dar prioridad a la reducción del consumo, bajo el argumento de que las estrategias de reducción de daños minimizan la dimensión social del problema, la política de la Unión Europea mantiene intacta la demanda de drogas ilícitas que estimula su producción y exportación de otras partes del mundo”, señala el documento.
Tres paradigmas
La propuesta alternativa que formulan se sustenta en tres paradigmas:
* Tratar el consumo como un asunto de salud pública
* Reducir el consumo mediante acciones de información y prevención
* Focalizar la represión sobre el crimen organizado
Respecto del primer tema, los firmantes aclaran que el enfoque no implica una tolerancia a las drogas, pues se trata de sustancias que causan daño a las personas y a la sociedad.
Llevar la discusión al terreno de la salud pública implica concentrar los esfuerzos represivos en el tráfico y la redes delincuenciales.
También se advierte que sin estrategias de prevención e información, no se va a lograr la reducción del consumo.
Otro punto que se destaca es que los esfuerzos por reducir la producción deben enfocarse en programas de cultivos alternativos con acceso a mercados competitivos y desarrollo social.