De la responsabilidad compartida en el tema de las drogas
Sr. Obama,
Le escribe una estudiante boliviana en Europa. Al igual que cualquier migrante toma todas las oportunidades que se presentan para seguir tolerante y adaptarse frente a una nueva cultura.
Sucedió con su padre que desde Africa se instaló en América del Norte. Como también con mis padres, que después de la cierre de las minas en mi país tuvieron que migrar a las regiones tropicales donde la única forma de sobrevivir era de cultivar hoja de coca.
El migrante se distingue por encontrar soluciones nuevas a problemas nuevos rodeado por una realidad a veces completamente desconocida. Debe de utilizar toda su inteligencia y creatividad para adaptarse a ella. Usted es un ejemplo para todos los migrantes del mundo de que no sólo es posible adaptarse a un mundo nuevo lleno de sorpresas, sino que también puede romper la hegemonía de las élites políticas y culturales establecidas desde hace mucho tiempo.
El senor Evo Morales, presidente actual de los bolivianos, pasó por una experiencia similar. En 1985 era un jóven dirigente sindical que se enfrentaba a las operaciones policiales, financiadas por los países occidentales y dirigidas a erradicar la hoja de coca. Veinte años después es elegido presidente de los bolivianos con más del 50 por ciento de los votos, figurando como el primer mandatario aymara. Este triunfo, al igual que el suyo, tiene mucho significado histórico para generaciones venideras.
En marzo de este año, en la reunión anual de la Comisión de Estupefacientes de la ONU en Viena, Evo Morales propuso despenalizar la hoja de coca y discutir abiertamente sobre el problema que causa el tráfico ilícito de las drogas en este tiempo moderno.
En realidad de eso se trata. Discutir el problema de las drogas que afecta a las sociedades ya sean simples o complejas. Quedar indiferente a este problema significa no tomar la responsabilidad. La hoja de coca siempre ha existido en la historia del hombre de los Andes. En siglos pasados nuestros abuelos la utilizaron como medicamento, tradición que continúa en la actualidad. La hoja de coca está acompañada muchas veces con prácticas rituales que identifican la cultura de la sociedad andina.
Desde que fue prohibida por la Convención Única de Estupefacientes de las Naciones Unidas, en 1961, la hoja de coca se ha convertido en un tema extremadamente controversial. Este tema ha causado muertes y heridos, detenidos y desaparecidos, familias traumatizadas y arruinadas, enfrentamientos entre hermanos, vecinos del mismo pais, daños medioambientales y muchas pérdidas económicas sin que se haya encontrado alguna solución para el problema del narcotráfico ni para la pobreza regional .
Sr. Obama: a estas alturas de la historia de la humanidad, este tema deberia poder solucionarse de una forma constructiva.
Sabemos que los que operan en el mercado negro son unos cuantos que para ganar dinero ponen en riesgo su libertad, la salud de los consumidores y la seguridad de la sociedad civil en torno a este mercado. A consecuencia de ello se mueven las instituciones jurídicas, policiales, carcelarias, empresas farmacéuticas e instituciones de salud pública. Aqui quiénes salen perdiendo o ganando?
Finalmente cada ser humano es importante. No deberia de estar pasando ningun riesgo. En caso de los consumidores de drogas, sabemos que muchos de ellos son personas frágiles y vulnerables. No necesitan más problemas en su vida, como consecuencia de una criminalización.
Señor Obama: llegué a esta reflección después de haber visto durante las últimas semanas noticias alarmantes en la prensa occidental sobre el supuesto incremento de los cultivos de coca en Bolivia. El tono de estos artículos está claramente dirigido a desacreditar al gobierno boliviano. Posiblemente este ataque se debe a que se acercan las elecciones presidenciales en Bolivia, anunciadas para diciembre de este año.
En estos artículos nuevamente se ve que en la sociedad occidental se ignora por completo el contexto social, cultural, politico y economico de la coca en este país. Simplemente los periodistas occidentales no perciben lo que simboliza la hoja de coca en la sociedad andina.
De igual forma, Usted Señor Obama, ha hecho declaraciones sobre el tema según las que los culpables fueran los que producen la materia prima para la cocaína. Como si no existiera la demanda.
La cocaína ha llegado a ser un producto estigmatizado, pero altamente cotizado, en las sociedades del occidente incluyendo los Estados Unidos. Se sabe que desde hace mucho tiempo, las empresas farmacéuticas occidentales han intentado reemplazar la cocaina por sus productos sintéticos.
Salir del mercado negro y pasar a una situación en que puede haber una relación transparente entre productor y consumidor es necesario. Alli está la responsabilidad que debería de tomarse en el occidente.
Unas pocas asociaciones de consumidores de drogas están buscando este tipo de soluciones, pero irónicamente son ellos que se arriesgan a ser perseguidos por cometer “apología”, por no hablar contra el uso de las drogas.
En Bolivia existe el “control social”, donde el productor de hoja de coca que es socio de una organización sindical, toma la responsabilidad de no exceder el cultivo en sectores de producción tradicionales. El productor tiene el derecho a una determinada cantidad por familia donde puede cultivar hojas de coca. Son los vecinos de una comunidad que en colaboración pacífica con las autoridades, garantizan que ninguno de ellos se pasa de este límite, a fines de evitar problemas para todos los vecinos.
La pregunta viene entonces: cómo se puede desenvolver el concepto del control social en las sociedades occidentales? Existe una confianza y una comunicación sincera entre consumidores y autoridades? O es que los consumidores no hacen otro que llenar las carceles y hospitales acusados de enfermos mentales?
En el sistema en que las drogas están prohibidas el producto, en este caso la cocaína, se presenta en el mercado negro, pero al adquirirlo el consumidor no sabe con qué otro producto está mezclada. Es decir, la salud del consumidor no juega ningún papel en absoluto.
Hay ejemplos de sistemas diferentes. En el ejemplo de Holanda, la venta de cannabis en pequeñas cantidades en establecimientos conocidos como coffeeshop es tolerada por las autoridades desde 1976. El consumo de cannabis y los problemas de salud relacionados a ello son menores que en otros países, incluyendo los Estados Unidos, donde la venta está completamente prohibida. Entonces resulta que los niveles de consumo son reducidos bajo un régimen que no criminaliza ni al consumidor ni al distribuidor.
Este ejemplo deberia de ser considerado por Usted, señor Obama.
Vemos que a causa de la prohibición este tema sigue casi la misma lógica del “aborto clandestino” en Europa en los años 70, donde la paciente corria el riesgo de morir durante una operación. Hoy en dia esta operación ha dejado de ser peligrosa porque es ejecutada bajo condiciones legales.
El consumo de drogas se ha convertido en un problema social de nuestra sociedad, de nuestro tiempo. A estas alturas de la historia hablemos claramente, sin esconder intereses personales o regionales. Las plantas actualmente ilícitas y sus derivados siempre existieron, existen y existirán en todo el planeta tierra. Encontrar la forma de vivir con ellas es una responsabilidad que debemos compartir a nivel global.
Ambas partes, tanto los productores de estas plantas como los consumidores de sus derivados, tenemos que participar en esa solución. Antes de buscar a un culpable mostremos que la humanidad es capaz de resolver sus problemas sin acudir a ningún tipo de violencia, ni física ni psicológica. En Bolivia, mediante el control social se está mostrando que puede haber una responsabilidad compartida entre el gobierno y los productores.
Entonces señor Obama, mostremos ante el mundo que el ser humano está preparado para tomar responsabilidades de forma compartida.
Yes you can. Si podemos…
Esperando su respuesta, cordialmente,
Beatriz Negrety Condori