LA RUTA DE LA HOJA DE COCA
JUNIO DE 2015
Organizada y presentada por la Asociación ‘Amigos de la Hoja de Coca’
Haantjeslei 213
2018 Antwerpen – Bélgica
[Coca2009@encod.org
>Coca2009@encod.org]
www.amigoshojadecoca.org
Facebook: Amigos de la Hoja de Coca
Tel +32 495 122644
Entre 3 y 30 de junio de 2015, una delegación de la Asociación Europea ‘Amigos de la Hoja de Coca’ recorrió Bolivia y Perú con una misión concreta: encontrarse con personas dispuestas a elaborar estrategias comunes para obtener una salida (exportación al mercado internacional) digna y soberana de la hoja de coca en su estado natural o en derivados tradicionales, dentro del marco del comercio justo y sostenible.
La Ruta de la Hoja de Coca incluyó visitas a varias regiones de producción de la hoja de coca, encuentros con productores, dirigentes y autoridades locales, expertos académicos, empresarios, parlamentarios y representantes de gobierno. Durante estos encuentros buscamos obtener respuestas a la siguiente pregunta:
¿Cuáles son los obstáculos para despenalizar la hoja de coca a nivel internacional y cómo se pueden superar este obstáculo colaborando con productores y consumidores, desde distintos países del mundo?
El presente informe presenta las experiencias y las conclusiones de la Ruta. Luego de un resumen de nuestras experiencias de manera cronológica, incluye una lista de conclusiones y recomendaciones y termina con una evaluación personal de algunos integrantes de la delegación.
La Ruta de la Hoja de Coca ha sido una experiencia inspiradora para todos sus integrantes. La calurosa recepción y respuesta positiva que hemos vivido en cada uno de los lugares que hemos visitado nos ha convencido aún más de la importancia de nuestro objetivo común. Quedamos eternamente agradecidos a todas las personas que hicieron tiempo, esfuerzos y espacio para poder encontrarse con nosotros, sobre todo a Dionicio Nuñez y Serafín Andrés Luján.
Los contactos establecidos durante la Ruta servirán para dar nuevos pasos hacia la despenalización internacional de la hoja de coca. Esperamos poder volver pronto con buenas noticias.
Beatriz Negrety (Bélgicá) – Brenda Perez (México) – Erec Ortmann (Alemania) – Gaby Kozar (Austria) – Joep Oomen (Bélgica) – Maria Huamani (Perú) – Mauricio Mamani (Bolivia) – Olga Viza (Perú) – Sarah Schwirten (Alemania)
Resumen de experiencias
3 y 4 de junio La Paz
A las 12 del día, nos encontramos por primera vez todos los integrantes de la Ruta de la Hoja de Coca en el café Torino, en el centro de La Paz. Mientras nos presentamos el uno al otro tomamos el primer ‘mate de coca’ que nos hace falta porque reduce el ‘mal de altura’. No hay mucho tiempo para prepararnos. Ya existe una invitación de la Federación de Productores de la Asunta para participar en una concentración el día 4, sobre la nueva ‘Ley General de la Coca’ que se está preparando estos meses en el parlamento. Brenda decide ir a La Asunta, un viaje de diez horas, mientras el resto se queda en La Paz y visita los laboratorios de ICORI, en la zona sur de La Paz.
ICORI es una empresa familiar que produce derivados de la hoja de coca. Su producto más famoso es la pastilla de coca, hecha de un extracto de hojas de coca y miel. Chuparla da la sensación de un ‘acullicar un picchu’ (término local para el consumo tradicional). Para poder exportarlas legalmente, haría falta sacar el alcaloide cocaína, lo que requeriría permisos especiales. También se considera que ello quitaría el valor medicinal del producto.
El día siguiente visitamos el Museo de la Coca, en la calle Linares, en el barrio turístico de La Paz. Nos recibe la gerente, Sdenka Silva. Durante hora y media nos guía por todas las secciones de este museo, que aunque puede ser uno de los más pequeños del mundo, ofrece una verdadera riqueza de datos históricos, antropológicos y técnicos sobre la hoja de coca, desde su uso en la época precolonial hasta el tiempo actual.
La hoja de coca ha jugado un papel fundamental para que haya podido sobrevivir la cultura andina, basada en la reciprocidad (equilibrio entre los hombres y con la naturaleza), los siglos de dominación por un modelo económico basado en la explotación de hombres y tierra.
Una hermosa muestra de dibujos y fotografías es complementada por datos científicos producidos por diversas investigaciones. Entre otros un estudio del Instituto Boliviano de Biología de Altura (IBBA), elaborado en 1995 junto con el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, que demostró entre otros que la hoja no es un estimulante en el término estricto de la palabra. Es un energizante, puesto que en vez de agotar al cuerpo, lo alimenta.
En la tarde nos encontramos con Alejandro Revilla y Gregory Ahaurian del Instituto Interandino de Ciencias de la Coca). Ellos presentan su iniciativa para conseguir el estatus GRAS (Generalmente Reconocido Como Seguro) para un nuevo producto basado en cacao y coca.
GRAS es el término con que la FDA (Agencia de los Estados Unidos para reglamentar el mercado de alimentos y medicamentos) define a los productos aceptados para su comercialización en el mercado de los EEUU. La iniciativa se refiere a una nueva invención, que según Gregory significaría una revolución en el consumo de chocolate en el mundo, un negocio de 100 mil millones de USD anuales. Resulta que la adición de una pequeña dosis de hoja de coca al cacao le quita su sabor amargo, y le hace consumible sin la necesidad de añadir azúcar y grasa, lo que suele pasar hoy en día en la elaboración del chocolate. Por ello la mezcla con hojas de coca convertiría al chocolate de un producto poco saludable (el azúcar produce diabetes y la grasa obesidad, dos de las enfermedades más costosas a las sociedades occidentales hoy en día) en un medicamento.
Según Gregory, sería necesario argumentar que este producto merecería el término GRAS (o su equivalente en la Unión Europea), y con ello abriría la puerta a otros productos tradicionales de la hoja de coca. Su idea es la de convencer a inversores norteamericanos de invertir millones de dólares en una acción legal para convencer al FDA en caso de que éste rechazaría la aplicación. Discutimos largamente con él, sobre todo sobre la pregunta de qué forma participarían las organizaciones de los productores cocaleros en la iniciativa y como se beneficiarían ellos en el caso de que tendría éxito. Dejamos claro que nuestro apoyo al mismo dependería de la respuesta definitiva a esta pregunta.
5 y 6 de junio Coroíco
Luego de un viaje por paisajes maravillosos, nos reciben en la Alcaldía de Coroico la vice alcalde y algunos concejales de este municipio, que desean saber todo sobre los posibles escenarios de colaboración a fines de obtener perspectivas realísticas para la exportación de la hoja de coca. Coroico no es solamente un importante centro cocalero, sino también un centro turístico, con mayor concentración de hoteles y restaurantes. Es el destino final de unos famosos recorridos turísticos como el Camino del Inca (peatones) o el Camino de la Muerte (ciclistas). Sugerimos la posibilidad de desarrollar la Ruta de la Hoja de Coca como un programa concreto en el que se ofrece al turista conocer tanto las riquezas naturales y culturales de la zona como también la vida de un productor de coca, el proceso de cultivo hasta consumo etc.
En la tarde visitamos al Centro Coca Wasi (Casa de la Coca ), a unos 5 kilometros de Coroico. Este centro ha sido construido por dos médicos, Dr. Jorge Hurtado y Dr. Roxana Miranda, a fines de mostrar al mundo que la respuesta a la guerra a las drogas es cultivar hoja de coca de una forma ecológica como siempre ha sido el caso sin utilizar pesticidas, insecticidas o fertilizantes químicos.
Coca Wasi sitúa al pie de unos cerros cubiertos por wachus (terrazas construidas especialmente para el cultivo de la coca) con varios siglos de edad. Pretende ser un centro de formación de cultivo orgánico a los vecinos, y también a estudiantes u otros que desean conocer el cultivo de coca para que vengan a vivir en el centro unas semanas y ayudar en los trabajos agrícolas. El centro se puede contactar aquí.
Hacemos un ayni (trabajo comunal) deshierbando y cosechando una pequeña parte del terreno. Aprendemos que el cultivo de la coca requiere mucha mano de obra, y que el margen de ganancia del productor es muy pequeño.
Coca Wasi también alberga un museo sobre la historia de la prohibición de drogas y los verdaderos intereses detrás de ella. Terminará la historia con la dominación del mundo por empresas como la Monsanto que desean monopolizar el mercado de las semillas – porque quien controla las semillas controla todo? O volverá el ser humano a encontrar su balance con la naturaleza en el acceso a los recursos naturales como la hoja de coca cultivada orgánicamente? El centro Coca Wasi deja la opción al visitante.
En la noche nos juntamos con algunos vecinos del centro y discutimos la posibilidad de que todo el cultivo de la hoja de coca vuelva a ser orgánico, sin uso de sustancias químicas. Inmediatamente surge la pregunta cómo se puede asegurar un mercado seguro, con un precio digno.
7 y 8 de junio La Asunta
Madrugamos para tomar ruta hacia La Asunta, donde nos espera Dionicio Nuñez, dirigente campesino de la zona, ex-viceministro de la hoja de coca de Bolivia y actualmente activista internacional. Después de un desayuno fortalecedor en su casa nos dirigimos a la Alcaldía de La Asunta, que se ha llenado con unas 100 personas, representantes de las diferentes comunidades de productores, así como del consejo municipal. Nos reciben como estrellas, con una guirnalda de hojas de coca y flores, unas lindas palabras de bienvenida del alcalde y aplausos para el objetivo de la misión.
En la tarde visitamos algunas parcelas de productores. Así vive la familia de un productor de coca: humilde, sin lujos, pero con un supermercado natural alrededor: arboles de frutas, gallinas, agua limpia, café y coca. Uno de ellos, don Víctor ha decidido cultivar de forma completamente orgánica. Significa que gana menos que cuando utilizaría químicos, sin embargo tiene la conciencia tranquila: no envenena a su producto ni a la tierra.
Hacemos muchas fotografías y filmaciones, disfrutamos de las mandarinas que nos ofrece don Víctor, bailamos en su patio y luego volvimos a La Asunta, preguntándonos por qué no existe todavía una asociación boliviana que defiende los derechos de los consumidores que desean también tener una hoja limpia, orgánica, aunque tengan que pagar más…
El día siguiente nos acompaña don Raúl Choque del proyecto Jatunsacha, de las Naciones Unidas, en unas visitas a parcelas de campesinos productores de coca alrededor de La Asunta. Jatunsacha se dedica a fomentar la reforestación y capacitación de organización para producir de una forma ecológica sin dañar a la naturaleza. Es financiado por la cooperación alemana y francesa.
La primera visita es al lote de doña Claudia, quien nos muestra que plantar árboles Mara dentro del cocal le asegura de una fuente natural de insecticidas, fertilizantes y dinero: las hojas leguminosas del Mara ayudan a evitar los insectos, a los que no les gusta su olor; cuando caen les sirven de alimentación a las raíces de la coca, y finalmente los árboles le servirán de madera dentro de 30 años cuando se podrán cortar.
Luego visitamos el terreno de don Demetrio, que justo está limpiando la maleza con fuego en un campo donde ha plantado mandarina combinando con Mara.
En su casa nos muestra la fabricación del biol, un insecticida natural hecho con desechos de la cocina y excrementos de gallina y vaca. Con el biol se fumiga las hojas de las plantas para evitar el ulo, el bicho más frecuente que ataca la hoja de coca.
Finalmente visitamos a la comunidad de San Antonio, en una región muy poco accesible por la falta de carreteras. Solamente recién se ha instalado un puente vehicular sobre el río. Antes los vecinos de San Antonio tuvieron que transportar su cosecha y sus compras al hombro por un puente peatonal o incluso con canoa o con la maroma, una especie de cable entre las orillas en el que uno puede colgarse para trasladarse de un lado al otro. Así que en San Antonio viven personas valientes…
A los vecinos de San Antonio les captamos justo cuando están haciendo el trabajo comunal, limpiando los bordes del camino de maleza. Cuando les hablamos de nuestra misión: abrir el mercado de la hoja de coca en Europa, responden con muchas preguntas, yendo al grano de esta propuesta: que el proceso para convertir el cultivo en orgánico requiere un proceso de transición que dura 3 años, el que debe ser acompañado por todos lados. Los productores no pueden comenzar a producir en grande si no hay mercado que les paga un mejor precio que el de la coca convencional; al mismo tiempo deben prepararse porque al no poder responder a la demanda, si el mercado para la coca orgánica se inicia, este mercado buscará otros lugares para proveerse.
9 y 10 de junio Irupana
Seguimos la ruta para Irupana, pasando por las impresionantes montañas yungueñas, en la vagoneta prestada gentilmente por la Mancomunidad de Municipios de los Yungas de La Paz, conducida por el Técnico Responsable Don Victor Hugo Aliaga, que nos cuenta varios episodios de la rica historia de esta región.
Varios caminos en las Yungas han sido construidos por prisioneros paraguayos que fueron capturados en la guerra del Chaco. Muchas puentes han sido entregadas por el ejercito británico que los había utilizado en la segunda guerra mundial (las famosas puentes Bailey – que fácilmente se montan y se desmontan). En la tarde algunos visitan a las ruinas arqueológicas de Pasto Grande (a dos horas de Irupana) – también llamado el Machu Picchu boliviano. Es un patrimonio cultural que habría que cuidar mejor: en este momento está cubierto de cultivos y basura.
El día siguiente nos reciben en la Alcaldía de Irupana varios representantes del municipio y de las federaciones de campesinos, que nos explican que para esta región, la hoja de coca significa la base del mantenimiento de la economía familiar.
Los delegados respondemos que queremos luchar para abrir un mercado legal en Europa para la hoja de coca y sus derivados tradicionales. Ahora también entra por vía clandestina: en las tiendas de migrantes latinoamericanos en España se vende por 100 euros (600 bolivianos) el medio kilo, que cuesta 20 en Bolivia. El desafío es hacerla llegar legalmente y para ello hace falta mostrar que la hoja de coca es alimento, salud y cultura. Si queremos distinguir la hoja de coca de la materia prima del mercado ilícito debe ser tratada según las normas sanitarias vigentes, y debe ser orgánica.
Nos informan que han habido esfuerzos para cambiar a lo orgánico, pero se han terminado. Debe haber un mercado separado para que los consumidores puedan notar la diferencia. Y es importante que haya un apoyo del estado para la certificación; es bastante costoso de garantizarlo cada año y además a las certificadoras les da miedo porque afectaría su reputación a nivel internacional.
11 de junio La Paz
El día 11 de junio es el dia de entrevistas con la prensa – gracias al apoyo de la Mancomunidad de los Yungas de La Paz se han contactado a varios canales de televisión y radio de La Paz, quienes nos han invitado para una entrevista. Desde las 7 de la mañana empieza una serie de entrevistas con el Canal 4 (Revista Nuestra Mañana), Canal 13 (La Revista), Radio Erbol (La mañana del Erbol) y Radio Fides (El Hombre Invisible). Tambien es el dia de viaje a Cochabamba, donde llegamos en el curso de la noche.
12 de junio Cochabamba
Este día se celebra el seminario “Coca Digna, cómo liberar la hoja de coca de su arresto domiciliario”, en el centro cultural La Troje de Cochabamba.
Después de dar la bienvenida a unos 30 participantes, el seminario es introducido por Milan Sanda, representante de La Troje. Expresa que para lograr nuestro objetivo hace falta analizar bien todos los argumentos en defensa de la hoja de coca y también los contra-argumentos, a fines de no caer en la tentación de simplificar el debate a unos eslóganes con los que todos podemos estar de acuerdo, pero que no nos llevan a ningún avance concreto.
Sarah Schwirten de Alemania cuenta la experiencia de la amapola de opio, también prohibida por la Convención de 1961. A pesar de ello se ha encontrado un mercado para las semillas de amapola, que se usa para hacer derivados legales.
Igual que la hoja de coca la producción de amapola requiere de mucha mano de obra, es una planta robusta y fácil de cultivar, su uso tradicional es legal y tiene también opciones legales de comercialización a través del uso médico y científico – sin alcaloides y con fines culinarios. En países como Turquía e India existe un mercado legal con una infraestructura para la extracción de alcaloides, que ha resultado en el desarrollo de economías locales. La pregunta es si esta experiencia es transferible a la hoja de coca, siguiendo los principios del comercio justo: organización comunitaria, precio fijo y estable, prohibición del empleo de niños en el trabajo, ninguna discriminación y un cultivo sostenible.
Luego habla don Albino Paniagua, director nacional de la DIGCOIN, y también productor de la hoja de coca de Chimoré. Explica el proceso largo que ha comenzado en Bolivia con la bronca originada por la represión de la coca. Desde 2006 el movimiento cocalero está en el gobierno, buscando la revalorización internacional de la hoja, una estrategia nacional de desarrollo con coca, impulsando a la industrialización. Aunque no se trata de grandes cantidades, cuesta para que esta propuesta sea aceptada internacionalmente. Las empresas bolivianas han chocado con los intereses de grandes empresas farmacéuticas que quieren que siga la hoja en su arresto domiciliario.
Para salir dignamente se necesitan estudios, certificación por laboratorios que no existen en Bolivia, plantas pilotos para extraer alcaloides, cooperativas de producción orgánica. El otro gran problema es que muchos productores se han convertido en consumistas, fácilmente emplean productos químicos que envenenan a la tierra, la coca es un producto de venta, no de consumo.
Presenta Ing. Abdon Siles de EICOBOL (Empresa Industrializadora de la Coca en Bolivia, EICOBOL) las experiencias de varias empresas que han tratado avanzar en la industrialización de la hoja de coca para fines lícitos; muchas no lo lograron por trabas burocráticas. Eicobol produce varios productos energizantes y tonificadores a base de coca, y han logrado avances con el producto Coca Colla, una bebida energética que se vende bien en Bolivia. Puede competir con varios productos internacionales con coca, con y sin alcaloides, como Red Bull Cola y Coca Cola. La mayoría de sus clientes están en Santa Cruz donde no existe un consumo tradicional de la hoja.
Según estudios hechos por laboratorios japoneses Coca Colla tiene un alto contenido de propiedades energéticos y medicinales. Un laboratorio suizo ha establecido que el contenido de alcaloide es de 5 por millón, cuando está autorizado mil por millón (0,1 por ciento). Sin embargo la Coca Colla aún no puede salir del país.
Se produce una discusión, por qué no puede salir la Coca Colla? Quienes ponen trabas? Dionicio (exviceministro de la hoja de coca) hace una autocrítica: falta apoyo del estado, hay que buscar una estrategia más asertiva entre empresarios y gobierno, y productores. Para la exportación también es importante que se presente una información más detallada sobre la hoja de coca que entra en el producto. Decidimos llevar unas botellas de Coca Colla a Europa y contactar a empresas que distribuyen bebidas energizantes.
Luego, Fernando B. Salazar de la Universidad de Cochabamba interviene explicando que la situación de los productores de coca es complicada. Es la gente más pobre que se dedica a producir coca, y los políticos no les toman en serio. Ahora en Bolivia se supone que el pueblo está en el poder, es el momento para plantear que la coca es cultura, es medicina. Se debe comenzar a dignificar el cultivo. La tecnología de los productores responde a la teoría de la revolución verde de los años 70: en ese momento muchos terrenos en el Trópico de Cochabamba fueron propiedad de militares que introdujeron químicos para aumentar la producción. Ahora existe un debate entre los productores, algunos quieren la coca orgánica pero muchos se oponen por miedo de que el precio de la coca ‘convencional’ va a bajar. Se utilizan incluso químicos prohibidos.
Hace falta un pacto entre gobierno y productores, por la sociedad, por Bolivia y por el mundo, para asegurar una producción ecológica, con control gubernamental, asesoría de universidades, transferencia tecnológica, infraestructura de almacenamiento y acopio, mercados adecuados y precios dignos, con empresarios que operan desde abajo. Es un proceso gradual pero hay que comenzarlo ya. La tecnología no es nueva: ya existe desde los ancestros, se pueden hacer paquetes tecnológicos correspondientes al cultivo, al manejo y al transporte. Pero el gobierno debe actuar. En este sentido es sumamente preocupante que el Vice-ministerio de Defensa Social está erradicando coca en la región de Yungas Vandiola, donde hay coca tradicional y orgánica. Parece ser un tema político: se intentó hacer una ordenanza municipal para declarar la hoja de coca patrimonio municipal pero se resistieron los concejales del MAS.
Interviene Dionicio Nuñez, ex-viceministro de la Hoja de Coca, quien explica que desde 2006 el gobierno está trabajando por la despenalización internacional. Junto con la propuesta para la salida al mar es una de las bases para la diplomacia boliviana. Pero también diverge con el gobierno. No es partidario de limitar hectáreas. Es una estrategia de arriba hacia abajo, y obliga el productor de explotar su terreno y hacer todo para aumentar ganancias. Propone estudiar bien las experiencias con otros cultivos ilegales, de mariguana y opio, donde hay usos legales.
Comenta la organización de la cumbre sobre política de drogas en 2016, UNGASS en Nueva York, donde se opondrán dos fuerzas: las que quieren el estatus quo, las que quieren el cambio. Tiene que desaparecer la legislación universal, en cambio deben haber adaptaciones locales. Propone una serie de reuniones para que los productores de plantas ilícitas se preparan ante la UNGASS 2016 – los gobiernos no defenderán sus intereses.
Mauricio Mamani interviene contando la experiencia de una propuesta técnica para la despenalización que se había elaborado con los representantes gubernamentales de Colombia, Perú y Bolivia en un evento en Santa Cruz en 2012. El evento encargó al Ministerio de Asuntos Exteriores de Bolivia llevarlo a Viena pero ello nunca ocurrió. Su conclusión es que deben haber enemigos de la hoja de coca dentro del aparato gubernamental en Bolivia también.
Habla la diputada Brigida Virginia Quiroga, presidente de la Comisión de Hoja de Coca de la Cámara de Diputados. Explica que están en proceso de adoptar una nueva ley de la coca, que debe remplazar a la anterior ley 1008, que fue impuesta por los Estados Unidos en 1988. Ahora se han establecido 20.000 has para el cultivo de coca legal: 12.000 para Yungas, 7.000 para Chapare, 1.000 has para otras regiones. Pero desde la oposición se mantiene que gran parte de este cultivo va para el mercado ilegal. Esta vez los productores mismos se harán cargo de la ley, a través de sus organizaciones sindicales. Está a favor de que la ley tenga un capítulo internacional para favorecer la exportación, así como también la investigación científica para asegurar que se cumplen requisitos legales. Es un trabajo arduo y largo.
Brenda Pérez interviene para contar las experiencias de su país, México, país de tránsito que sufre el problema del narcotráfico de manera brutal en los últimos años. Demuestra que la guerra a las drogas corresponde a estrategias geopolíticas que aumentan la violencia y expresa la esperanza de que la diplomacia de la coca de Bolivia contribuirá a que su país logre solucionar el problema.
Joep Oomen presenta la propuesta de los Amigos de la Hoja de Coca: importar hojas de coca mediante un sistema de comercialización justo, en un acto de desobediencia civil para desafiar la legislación y provocar un juicio en Europa. En este juicio se presentará los argumentos de defensa para justificar el acto como gesto de respeto a los derechos a la salud, cultura y desarrollo del patrimonio cultural de los pueblos indígenas.
En 2102 ya se ha ensayado un sistema de comercialización de hojas de coca mediante el envío de pequeños paquetes de 150 gramos de hojas por correo. En 2013, estos envíos fueron parados por la empresa de correo bajo presiones de la compañía aérea alemana Lufthansa, quien amenazó a la ECOBOL de bloquear todos los envíos a Europa si seguiría transportando hojas de coca. Por ello se presenta el plan de los Cocachasquis: personas quienes se encargarían de llevar paquetitos de hoja de coca para los socios de la Asociación en su equipaje personal para luego distribuirlos en Europa.
Terminando el evento se propone considerar a todos los participantes como base para un comité impulsor de una asociación internacional de defensa de la hoja de coca, que llevará adelante los principios expresados en el seminario.
En la noche participamos en un programa de la televisión Canal 21 de Cochabamba.
13 a 16 de junio Chimoré
Nos desplazamos al Trópico de Cochabamba (Chapare), acompañados por don Albino Paniagua. La primera parada es en Paractito, donde nos reciben en la Asamblea de la Central – una reunión con aprox. 500 hombres, mujeres y niños. Hacemos nuestra presentación y recibimos aplausos, toda una experiencia. Luego llegamos a la casa Luz de Luna en Chimoré – la casa de don Ing. Marcelo Pinto, ingeniero agroforestal que forma parte de una red internacional de granjas orgánicas.
Él nos alojará durante nuestra estadía en el Chapare.
Conversamos con don Víctor Cadima, director de la Mancomunidad del Trópico – que reúne a los consejos municipales de todos los poblados del Chapare: Villa Tunari, Shinahota, Chimore, Puerto Villaroel y Entre Ríos.
Según don Víctor han habido varios contratiempos en los esfuerzos para promover la producción orgánica. Piensa que la certificación no es un problema, lo puede hacer el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras. Pero los productores no quieren condicionamientos, les recuerda al desarrollo alternativo, por ello no tiene futuro este discurso. En lugar de la erradicación forzosa ahora está funcionando el control comunitario – un sistema que le deja a la organización sindical la tarea de hacer cumplir el ‘cato de coca’ (terreno de 40 x 40 metros, que se les permite a los campesinos chapareños). Cualquier desarrollo debe ser complementario a la coca, que es una caja de ahorro que le asegura al productor un ingreso cada tres meses.
En la noche visitamos a una asamblea de la Federación de mujeres campesinas Bartolina Sisa, de las Centrales Unidas en Sinahota – una reunión de tres días consecutivos con mujeres cuidando la orden con palos para que no se duerman los participantes. Intervenimos con un claro mensaje proponiendo la necesidad de convertir a la hoja de coca orgánica, y recibimos varias reacciones positivas.
El día siguiente visitamos el chaco del vecino de don Marcelo y nos desplazamos a la Federación de Chimore donde tenemos un corto pero agradable encuentro con los dirigentes quienes aplaudan nuestra iniciativa. En el almuerzo nos buscan representantes de la Asociación de Afectados por la represión a la hoja de coca, personas que fueron baleados o torturados durante los conflictos violentos en el Chapare entre 1990 y 2003. Les entrevistamos en cámara para registrar sus experiencias.
Luego nos desplazamos a la fábrica de EBOCOCA en Padre Sama, donde nos recibe el nuevo encargado que manifiesta que la fábrica se abrirá dentro de unos meses. La fábrica fue construida en 2010, y no ha funcionado desde entonces.
El problema es la falta de materia prima útil (la mayor parte de la coca en Chapare es secada y tratada de mala manera, y ya no es apta para el consumo tradicional), la falta de suficiente espacio en la planta para instalar varios rubros de manera separada (ahora todo está junto en un espacio), y finalmente la falta de un plan de mercado.
En seguida nos desplazamos a la sede central del comité de las 6 Federaciones en Lauca Eñe, donde nos hace una presentación Richard Pinto, un ingeniero que presenta un proyecto para industrializar la hoja de coca para la fabricación de anestésicos – para los que habrá mercado en muchos países de Latinoamérica. Según el habrá un interés de un fondo suizo dispuesto a invertir 50 millones de dólares, y los beneficiados serán los productores.
Al día siguiente nos reciben en la Asamblea de los Productores al detalle del Comité de las 6 federaciones en Lauca Eñe. Escuchamos los informes de los responsables de controlar la comercialización legal de la hoja de coca del Trópico. Nos enteramos que sólo 8 % de la producción de hoja va al mercado legal.
Luego nos desplazamos a la Universidad Casimiro Huanca en Chimoré. Después de una recepción por los estudiantes, hablamos con el rector y vicerrector, a los que pedimos qué puede hacer la Universidad para mejorar las perspectivas de los productores con la agricultura orgánica. Es algo decepcionante saber que no es de su prioridad: no existe ni una línea sobre la producción orgánica en el Trópico y solamente un estudiante está haciendo un trabajo sobre el tema coca.
Terminamos el día comiendo jochi y tatu en un restaurante de Chimore donde vemos a Bolivia ganar 3 a 2 a Ecuador en la Copa América.
El siguiente día visitamos a Senda VI donde mantenemos una reunión con don Facundo Zurita, responsable de comercialización del Comité de las 6 Federaciones.
Según don Facundo el problema es que el productor debe sacrificarse para convertir su cultivo en orgánico y aplicar un manejo seguro de la hoja: el rendimiento de su terreno va a bajar, significa más trabajo y de todas maneras la demanda del mercado legal en el Trópico es limitada. Por supuesto la gente se da cuenta que algo está yendo mal: por la sobre explotación del terreno (debido a la limitación del cato de coca) los suelos se agotan rápido y el uso de químicos los empeora. También perjudican las campañas de promoción de las empresas que venden químicos, y el hecho de que el régimen del cato no deja variar (para cambiar de lugar hay que trabajar en etapas, el control es muy rígido). Hace falta también un trabajo científico: sugerimos a los productores que deberían exigir a la universidad de acompañarles en este proceso. El incentivo para esta conversión debe ir en combinación con un mercado seguro, sea la industrialización, sea la exportación. Acordamos de seguir en contacto siempre informándole sobre nuestros avances.
Luego de la reunión visitamos a la sede del central Senda VI donde han caído 3 muertos en la defensa por la hoja de coca en noviembre de 2001, hacemos una entrevista con cámara.
Segunda cita del día es la lechería Milka en Ivirgarzama, construida en 1993 con 8 millones de dólares como proyecto de desarrollo alternativo financiado por el gobierno sueco a través de la ONU y ejecutado por la iglesia Gilead. Desde 1997 esta lechería ha terminado de operar por falta de materia prima y mercado, es decir un elefante blanco. Entramos para ver las maquinarias que todavía siguen en buen estado. Luego nos regresamos a Cochabamba.
17 de junio Cochabamba
Hoy nos dividimos: un grupo visita la cárcel y entrevista a unas personas condenadas por la ley 1008. Otro grupo toma contacto con la empresa Naturaleza, que elabora un producto llamado trimate en base de manzanilla, anís y coca orgánica, y lleva algunos ejemplos para hacerlos investigar y considerar su importación a través de una red de comercio justo en Europa. En la tarde todos nos reunimos con el grupo COLI, un grupo de investigadores académicos y activistas por promover la coca orgánica. Aprendemos entre otros que para producir 1 kilo de cocaína, se necesitan 200 litros de productos quimicos como gasolina, acido sulfurico, etc. que luego se echan en los ríos.
También conversamos con Alex Silva, ejecutivo de la Federación de Yungas Vandiola que nos cuenta que aunque en Vandiola producen coca orgánica, el gobierno le considera como zona ilegal y ejecuta erradicaciones, hasta de los ‘machucocas’, árboles de coca que tienen más de 100 años. Con don Alex acordamos que si la Asociación nuevamente comprará hoja de coca en Bolivia, aunque sea para un primer acto simbólico, incluiremos siempre a las tres regiones: Yungas, Chapare y Yungas Vandiola. En la noche nos regresamos a La Paz.
18 a 20 de junio La Paz
En la mañana asistimos a una entrevista en Abya Yala TV, junto con Dionicio Nuñez y Brígida Quiroga. Con ella conversamos sobre la nueva ley de la coca. No faltan los esfuerzos de la oposición para declarar ilegal a la producción de la hoja de coca en el Trópico. Es un argumento más para acelerar los esfuerzos de abrir mercados para el uso legal de la hoja y sus derivados tradicionales.
Participamos en una rueda de prensa algo caótica en la Plaza Murillo, delante del Palacio de Gobierno, y luego somos invitados a la Comisión de Naciones y Pueblos Indígenas de la Cámara de Diputados, donde presentamos la necesidad de colaborar con el estado boliviano en el seguimiento de la Ruta, con respecto a los esfuerzos de hacer conocer la hoja de coca y abrir mercados para su uso legal en todo el mundo (los Cocachasquis). En principio nos prometen su apoyo.
Después del almuerzo nos reunimos en la oficina de ECOTOP con don Luis Lohse.
ECOTOP es una agencia de asesoría a productores orgánicos. En 2012, luego de tres años de trabajo, se había logrado la conversión al sistema orgánico de cultivar hoja de coca para 213 productores de los Yungas, socios de ADEPCOCA. Se logró también la certificación por un ente internacional, Imocontrol, que tiene un alto costo (20.000 bs por año). Sin embargo, en 2013 han abandonado este trabajo porque los productores no encontraron una forma de comercializar la coca orgánica. En el mercado legal de La Paz toda la coca se mezcla y tiene un mismo precio, y a la propuesta de darle mayor precio a la coca orgánica había oposición de otros productores que temían que su coca terminaría siendo calificada como de segunda categoría. No faltó mercado: una consultora hizo un estudio y demostró que si hay demanda. Pero falta iniciativa para empezar. Había incluso una demanda concreta del Perú (la empresa Hornimans quería comprar 50 takis, o más de 1 tonelada por mes) pero la organización de los cocaleros no estaba en condiciones para cumplir. Otro tema es la falta del sello sanitario por la entidad SENASAG, que no tiene experiencia con la hoja de coca. Don Luis se muestra dispuesto de colaborar con el acompañamiento de una acción para enseñar a productores campesinos a trabajar de forma orgánica.
En la tarde nos reunimos con el Viceministro de la Hoja de Coca y Desarrollo Gumercindo Pucho, a quien explicamos nuestra misión como una forma de combinar una propuesta política (dignificar el cultivo de la hoja de coca) con una técnica (aumentar el valor agregado de la hoja de coca de forma legal). Según el viceministro es difícil la conversión a lo orgánico porque el productor busca un mercado seguro, y ese es el ilícito. También hace falta un trabajo científico y el gobierno recién está en ello, en el futuro cercano va instalar un centro de inventarización de pesticidas biológicos en Los Yungas. Le pasamos algunos contactos con cientificos que quieren participar y apoyar en la producción de la coca orgánica. También promete apoyar nuestra iniciativa de los Cocachasquis.
El día siguiente comenzamos con una entrevista en Canal 7 (Con Sello Boliviano) para luego presentarnos en el Tercer Encuentro por una Salida de la Hoja de Coca Digna y Soberana convocada por la diputada Brígida Quiroga en el Ministerio de Cultura, con presencia de varios diputados, el viceministro Pucho, el Embajador de Ecuador, y unos 50 representantes del movimiento de productores de coca de diferentes zonas.
Una de las presentaciones del encuentro es la de Gabriele Kozar y Erec Ortmann, que introducen los valores industriales y medicinales del cáñamo. Es completada por las palabras de Sarah Schwirten, Brenda Pérez, Alejandro Revilla y Joep Oomen, que juntos hacen un llamado al estado boliviano de fortalecer su propuesta para la despenalización internacional con mayor peso diplomático, basándose en toda la evidencia científica que demuestra que la hoja de coca ha sido víctima de una injusticia racista generada por intereses privados. El encuentro termina con una rica degustación de comidas preparadas con hoja de coca. Luego de una última entrevista en el canal 7 (Tiempos de Pachakuti) nos despedimos con La Paz en el bar ‘La gota de agua’ en calle Illampu, hasta la madrugada…
El día siguiente el grupo se divide en diversas partes. Para celebrar el año nuevo andino amazónico (21 de junio) Brenda y Sarah se desplazan a la Isla del Sol mientras que Beatriz, Erec, Gaby y Joep se van a Tiahuanaco. Maria y Olga se retiran a Arequipa y Mauricio se queda en La Paz.
Gracias a la hospitalidad de la alcaldía de Tiahuanaco pasamos una linda noche y un maravilloso ritual de solsticio en la madrugada del 21 de junio, y cargados de energía positiva seguimos el camino hacia el Perú.
21 a 22 de junio Sandia
Pasamos la frontera en Desaguadero, donde nos encontramos con Serafin Andrés Lujan y Javier Rojas, de la directiva de CONPACCP, Confederación Nacional de los Productores Agropecuarios de las Cuencas Cocaleras del Perú. También se unen al grupo Dionicio Nuñez y Margarita Patzi, de la Asunta. Seguimos el día en autobus recorriendo el Altiplano por Puno y Juliaca y luego descendiendo por caminos angostos, llegando al hermoso valle de Sandia en la noche. Allí nos reciben un grupo de productores en la Casa Campesina, y luego de una corta presentación buscamos nuestra cama en el hospedaje.
El día siguiente desayunamos con varios representantes de la Federación de Productores de Sandia (entre otros don Jacinto), que nos introducen en la problemática del productor de coca en el Perú. El estado peruano desde 1978 ha establecido la Empresa Nacional de la Coca (ENACO), que tiene el monopolio legal de poder comprar hojas de coca.
El problema es que ENACO se ha convertido en una empresa privada (con los ministros de gobierno como accionistas) y su precio de compra (75 soles (25 euros) por arroba – 12 kilos) apenas cubre los gastos de producción del campesino. Es interesante notar que el mercado ilegal (para el narcotráfico) paga el doble de este precio, pero los compradores que llevan la hoja directamente al mercado tradicional (centros mineros, mercados de pueblo) pagan aún más, hasta 250 soles por arroba de hoja de coca seleccionada y bien tratada.
Sandia es un ejemplo de una región abandonada por el estado, como es el caso de varias regiones de producción cocalera. No existe una política de inversión a la pequeña agricultura, los campesinos deben solucionar sus problemas de plagas, y más bien deben temer por la amenaza de la erradicación forzosa anunciada. Desde septiembre de 2015, se espera la llegada de 3.500 soldados norteamericanos para asistir en la tarea de la erradicación en todo el Perú.
Luego de un pago a la tierra en la Plaza de Armas en Sandia y varios discursos de los delegados y sus anfitriones tomamos tiempo para conversar sobre formas de colaboración. En todo caso ofrecemos nuestra disponibilidad de actuar en el momento que sea necesario, en caso de que haya violaciones de derechos humanos relacionadas a la erradicación o la criminalización de las protestas sociales generadas al respeto. A mediodía comienza el paro de protesta a varias medidas tomadas por el gobierno peruano, y todo el pueblo de Sandia se queda encerrado. Luego de unas horas de espera nos conceden el paso para salir y en la noche llegamos a Juliaca y en la madrugada a Cuzco.
23 y 24 de junio Machu Picchu
Nos encontramos con Tania Garcia y Adolfo, asesores de la Federación de Productores de la Convención y Lares que nos acompañarán en la siguiente fase del recorrido. Partimos de frente al Machu Picchu, pasando por el hermoso valle del Rio Urubamba. Haciendo pausa en Ollataytambo entramos en una tienda de souvenirs turísticos y nos asombramos ante la cantidad de productos derivados de la hoja de coca: galletas, chocolates, chicles, vinos y licores de toda clase, y sorprendentemente, con certificación sanitaria (así que pueden ser vendidos en supermercados). La vendedora nos afirma que ‘eso no más quieren los turistas’. En la tarde llegamos a la estación hidroeléctrica, e iniciamos la linda caminata hacia Aguas Calientes, desde donde se puede subir al Machu Picchu.
El día siguiente madrugamos, como debe ser cuando uno quiere apreciar la maravillosa ciudadela del Machu Picchu sin sufrir el calor de mediodía.
Algunos caminamos, otros toman el bus, y arriba nos unimos para entrar en uno de los lugares más maravillosos del mundo. Aunque esté rodeado por esfuerzos de sacar dinero al visitante, y por lo tanto un símbolo del triunfo del pensamiento occidental sobre la cosmovisión andina, Machu Picchu sigue mostrando la grandeza de la cultura incaica, que ha sido capaz de construir un centro administrativo y científico en agricultura, astronomía y espiritualidad en medio de las montañas. Bajamos contentos y reprendimos la ruta caminando a la estación hidroeléctrica, donde nos espera el bus para ir a Quillabamba.
25 y 26 de junio Quillabamba
Nos reciben en la Federación de La Convención y Lares, donde se han reunido más de 50 delegados de las diferentes comunidades campesinos de las tres regiones (La Convención, Yanatile y Cosñipata). En primer lugar marchamos juntos a la Plaza de Armas de Quillabamba donde escuchamos discursos de bienvenida del teniente alcalde, a la que responde Dionicio Nuñez. Luego se celebra el pago a la tierra, y tenemos varias conversaciones con representantes municipales, universitarios y periodistas. Volvemos a la Federación donde compartimos un almuerzo antes de celebrar el encuentro.
En el encuentro habla Dionicio Nuñez contando las experiencias del movimiento cocalero boliviano y las perspectivas para la UNGASS 2016 en Nueva York. Margarita Patzi relata de las experiencias de las organizaciones de mujeres cocaleras, y el proceso hacia un cambio estructural de la situación en Bolivia. Luego hablamos sobre la misión de la Ruta, y responden Don Genaro Ccahuana y Don Beltran, ejecutivos de la federación.
En la Convención los productores se consideran como productores legales, puesto que la gran parte del cultivo siempre ha sido destinado al mercado legal. Sin embargo en la legislación peruana no existe el concepto ‘cultivo legal’. Todo cultivo es legal, pero la venta se debe realizar a la ENACO, que registra a los cultivadores mediante un sistema de empadronamiento. Y muchos productores carecen de este empadronamiento. También existen micro-empresarios, compradores que industrializan la hoja de coca elaborando productos que tienen un creciente mercado. Incluso hay muchos campesinos que empiezan a hacer su propia harina, mate, licores etc. Aparentemente el control es más rígido sobre la venta de hoja de coca en su estado natural que sobre estos derivados.
En la tarde, Radio Quillabamba nos realiza una entrevista. El día siguiente realizamos visitas a varios chacos de productores de coca, donde nos muestran el trabajo de cosecha, el tratamiento post-cosecha, el trabajo en almácigos etc. Luego visitamos las cataratas (7 Tinajas) y volvemos a Quillabamba, donde nos despedimos.
27 de junio Cuzco
El 27 de junio ha sido reservado por Gaby y Erec para celebrar su boda andina, en el lugar sagrado de Pumamarka, cerca de Cuzco. Todos somos testigos de una hermosa ceremonia andina, que seguramente llena el nuevo matrimonio de buenas energías.
Luego nos retiramos a Cuzco para comer, y un corto encuentro con Cristobal, uno de los microempresarios que fabrica harina de coca y tiene amplia experiencia en fomentarla en el Perú. Hasta es posible exportarla aunque camuflando el contenido: a las bolsas se les pone otra etiqueta.
28 y 29 de junio Lima
Madrugamos para tomar el vuelo a Lima donde nos encontramos con una veintena de dirigentes de productores de coca de diferentes regiones: el valle del Río Apurimac y Ene (VRAE), Valle del Alto Huallaga, La Libertad y Marañon, como también con la ex-parlamentaria andina Elsa Malpartida, el experto Baldomero Cáceres, así como la diputada boliviana Brigida Quiroga. Después del ritual de inicio entramos al grano del encuentro: como contribuir a una solución pacífica de la problemática cocalera, con vistas a las elecciones generales en Perú (que se celebran en 2016), el peligro de la militarización, y los acontecimientos a nivel internacional.
La propuesta de dignificar la producción de la hoja de coca cae en buen lugar: tiene tanto el valor político de sacar el estigma de los productores de coca como el valor técnico de convertir el cultivo de coca en orgánico, lo que implica aumentar el valor agregado y ofrecer una alternativa al mercado ilícito. Acordamos intercambiar informaciones para seguir buscando una estrategia conjunta a fines de obtener mercados para productos derivados basados en hoja de coca orgánica.
En la tarde, nos reunimos con varios miembros de la Comunidad Tahuantinsuyo, organizadores del Foro Internacional de la Hoja de Coca que se organizará por 7ª vez en Lima en noviembre de este año. Intercambiamos nuestras experiencias y coincidimos que la apertura de mercados para la hoja de coca y sus derivados es un paso decisivo hacia una política más racional. Aunque en el Perú existe un clima más represivo y el movimiento de productores de coca resulta más alejado del poder político, el movimiento de revalorización de la hoja de coca se encuentra respaldado por muchas más iniciativascomerciales y científicas y por lo tanto existe cada vez mayor normalización del consumo de la hoja de coca en la sociedad. Se va ‘de coca en boca’ la propuesta política de abrir el mercado para derivados tradicionales.
En el día final de la Ruta falta un encuentro más, con los microempresarios peruanos que elaboran productos a base de la hoja de coca. Les encontramos a varios de ellos en el Centro Kuka Hampy Wasy, un centro de terapia física, mental y espiritual en el distrito limeña de Breña. Conocemos las personas detrás de los productos que hemos encontrado en las tiendas, y conversamos con ellos las posibilidades de colaborar en el paso siguiente: procurar que estos productos juegan un papel en un sistema de comercialización justo y sostenible, destinado a hacer conocer estos derivados al público europeo, mientras que cada paso del sistema estará vigilado por una organización de productores y consumidores.
Conclusiones y Recomendaciones
Luego de un mes de encuentros con productores de la hoja de coca, dirigentes de sus organizaciones matrices, autoridades locales y nacionales, expertos académicos, micro-empresarios y otros analistas, concluimos que la propuesta de la hoja de coca como producto sustituto a sí misma es más valida que nunca.
Tanto en Bolivia como en Perú, la guerra contra el cultivo de la hoja de coca ha fracasado. Las medidas para limitar el cultivo de manera represiva (sea a través del control social comunitario sobre el ‘cato de coca’ en Bolivia, sea a través de la erradicación con participación de soldados norteamericanos en Perú) no hacen más que empeorar la situación del productor campesino. No representan ninguna solución para la causa de la extensión de los cultivos de la hoja de coca, y más bien obligan al productor a aplicar medidas contraproducentes como el uso de sustancias químicas para aumentar su producción o la búsqueda de terrenos aún menos accesibles para cultivar. Insistir en estas medidas sin ofrecerle al productor de coca una opción alternativa para integrarse a la economía legal implica obligarle a trabajar para el narcotráfico, o morir de hambre.
Para reducir su dependencia del narcotráfico, lo que necesita el productor de la hoja de coca son condiciones para que pueda vender, a un precio digno, una hoja cultivada de forma sana, sin explotar a la tierra, con un tratamiento que cumple con las normas higiénicas y sanitarias vigentes en el mercado de consumo de productos naturales. Para crear estas condiciones, debe surgir una colaboración sinérgica entre todos los actores: estado, empresarios, productores y comunidad internacional.
Para empezar con la última: durante nuestra estadía en Bolivia la Unión Europea aprobó un paquete de 60 millones de euros para “la estrategia boliviana de lucha contra el narcotráfico y la disminución de las plantaciones ilegales de coca” en los próximos años. Sería deseable si en lugar de utilizar todo este monto en armas y uniformes, una parte se podría dedicar a resolver las trabas burocráticas y técnicas para que puedan llegar productos legales y sanos a base de hoja de coca desde Bolivia al mercado europeo.
Por ejemplo hace falta un programa de fomento al cultivo orgánico de la hoja de coca, con debida asesoría en cada etapa de la conversión del cultivo convencional al orgánico, con participación de centros de investigación universitarios especializados en el cultivo de la hoja de coca, y con la presencia de una entidad certificadora que sea reconocida a nivel internacional.
La agricultura orgánica tiene un rendimiento menor que la ‘convencional’. El productor quien decide producir orgánicamente expresa su deseo de entregar su cosecha al consumo tradicional y no al mercado ilícito. Hay que compensarle este sacrificio, y serán sobre todo los consumidores de mayor poder adquisitivo que podrán pagar este valor agregado. Estos consumidores se encuentran en las altas esferas sociales de las sociedades andinas, y en el extranjero.
La Convención Única de Estupefacientes de la ONU de 1961 ha prohibido el consumo tradicional de la hoja de coca, pero permite el uso en la producción de un agente saporífero en bebidas (Coca Cola) y la producción de farmacéuticos (diversas empresas occidentales producen cocaína legal). En 1988, una nueva Convención de la ONU reconoce el derecho de los pueblos indígenas en zonas tradicionales de cultivar y consumo de la hoja de coca. Por ello es legal el mercado en Bolivia, Perú y (partes de) Colombia, pero fuera de estos países los derivados de la hoja siguen sometidos a un régimen de control adjunto a la Convención Única. La legalización del consumo tradicional en Bolivia que el gobierno de Evo Morales consiguió a través de una enmienda a la Convención en 2013, no cambia en absoluto esta situación.
El argumento para la despenalización internacional de la hoja de coca es más fuerte que nunca. Aparte de varios estudios científicos que demuestran que la hoja de coca no tiene efecto negativo sobre la salud (entre otros el de la Organización Mundial de la Salud de 1995), existe la Convención de la ONU de 1988 que deja abierta la posibilidad de que los países andinos toleren el uso tradicional en su país, motivo por el cual se reconoce a nivel internacional que este uso es legítimo. No existe ningún argumento válido para mantener que el consumo tradicional de la hoja de coca es sano en los Andes, pero peligroso en otras partes. Existe la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de 2007, que garantiza el derecho de desarrollar su patrimonio cultural, y la hoja de coca representa el patrimonio cultural andino por excelencia. Existen varias resoluciones del Parlamento Europeo que hacen un llamado a las autoridades europeas de facilitar la importación de productos basados en la hoja de coca a fines de fomentar su uso legal.
Y existe la coyuntura internacional que apunta a que la política de drogas está cada vez menos basada en la Convención Única de 1961 y cada vez más en consideraciones pragmáticas de cada país.
Por lo tanto recomendamos a los gobiernos bolivianos y peruanos de fortalecer una ‘diplomacia de la coca’ tanto con programas de fomento al mercado legal interno, como con campañas explícitas para promover su exportación al mercado internacional. El momento es oportuno, en vísperas de la UNGASS en Nueva York. Es probable que en esa reunión se discutirán modificaciones significativas con respecto a la legislación internacional de las drogas, puesto que los mismos Estados Unidos están flexibilizando las leyes sobre la marihuana. Todos los expertos mundiales saben que consumir hoja de coca no hace daño. Hasta el papa Francisco en su visita a Bolivia tomó mate de coca sin ninguna reserva. Entonces, al seguir la política represiva contra la hoja de coca los gobiernos andinos corren el riesgo de ser considerados como más papistas que el Papa, con consecuencias nefastas para sus poblaciones.
También es un deber del gobierno de procurar que la hoja de coca, que un gran porcentaje de los bolivianos y peruanos consume diariamente, sea cultivada y tratada de manera sana.
Los empresarios pueden jugar un papel positivo exigiendo al productor de coca calidad orgánica, y pagarle debidamente. Por lo menos dejar de utilizar químicos y procurar que haya una información detallada sobre los ingredientes del producto, tal como se exige a los productos de exportación.
En colaboración con las organizaciones matrices de los productores, con los centros de acopio legal en Bolivia y ENACO en el Perú pueden establecer un sistema que asegura que un mayor porcentaje de la coca cultivada encuentre su camino al mercado legal, con precios adaptados a diferentes estratos sociales.
Aún sin una despenalización internacional los empresarios pueden avanzar en la preparación de la exportación de derivados con menos de 0,1 % de cocaína. Según la Convención de 1961 estos productos no son sometidos a la prohibición, sino que pueden obtener una licencia de ser puestas a la venta. Puesto que ya hay productos con este nivel de cocaína en el mercado europeo (por ejemplo Red Bull Cola) los empresarios andinos tienen toda la razón de exigir un trato igual para sus productos.
Finalmente, a los productores les recomendamos de no perder la esperanza y seguir siendo fieles de ser productores de uno de los recursos más maravillosos que han existido en la historia mundial. Convertir su cultivo de coca en una actividad sana que no daña ni a la tierra ni a las personas, y organizarse para exigir su derecho de poder vivir y crear un futuro digno para sus hijos.
Los Amigos de la Hoja de Coca no descansaremos antes de que se haya construido el ‘puente verde’: una salida digna de la hoja de coca desde los Andes al resto del mundo, mediante la elaboración y exportación de derivados saludables, respetando las normas de la agricultura biológica y del comercio justo. La penalización de la hoja de coca es un error, una prueba de pensamientos racistas que han provocado el estigma y la criminalización de prácticas culturales de los pueblos andinoamazónicos.
Por ello, en los próximos meses haremos campaña para juntar una masa crítica de personas en Europa que deseamos consumir hoja de coca y sus derivados, y que estamos dispuestos a defender nuestro derecho de hacerlo. Preparamos una importación colectiva por los socios de la Asociación de una cantidad significativa de hojas de coca de Bolivia y de algún derivado del Perú a Europa. Nos basaremos en un convenio suscrito con las organizaciones matrices de los productores de la hoja de coca en ambos países, y esperamos el apoyo de parlamentarios andinos y europeos para crear este puente verde. Es posible que nos frenen las autoridades europeas y tendremos que enfrentar persecución legal. No nos asusta. Nos presentaremos donde sea necesario con todo el orgullo de querer hacer justicia y romper la condena internacional a la hoja de coca.
Amigos de la Hoja de Coca
Muchas Gracias a las siguientes personas e instituciones por su cooperación crucial a la Ruta de la Hoja de Coca.
Bolivia
Dionicio Nuñez, Margarita Patzi
Alejandro Revilla, IICC, La Paz
Juan Salvador Hurtado, ICORI, La Paz
Sdenka Silva, Museo de la Coca, La Paz
Jorge Hurtado y Roxana Miranda, Coca Wasi, Coroico
Victor Hugo Aliaga, Mancomunidad de Municipios de los Yungas de La Paz
Raul Choque, proyecto Jatunsacha, La Asunta
Comunidad de San Antonio, La Asunta
Municipios de Coroico, La Asunta, Irupana
Milan Sanda, La Troje, Cochabamba
Albino Paniagua, DIGCOIN
Victor Cadima, Mancomunidad del Trópico de Cochabamba
Marcelo Pinto, Chimore
Susana Fernandez, Asociación de Afectados por la Represión a la Hoja de Coca, Cochabamba
Facundo Zurita, Comité de las 6 Federaciones del Trópico de Cochabamba
Froilan Quiñones, Universidad ‘Casimiro Huanca’, Chimoré
Maria Lohman, COLI, Cochabamba
Brigida Virginia Quiroga, Cámara de Diputados, La Paz
Santos Paredes, Cámara de Diputados La Paz
Luis Lohse, ECOTOP
Gumercindo Pucho, Viceministerio de la Hoja de Coca y Desarrollo, La Paz
Municipio de Tiahuanaco
Peru
Serafín Andrés Luján, CONPACCP
Javier Rojas, CONPACCP
Tania García y Adolfo, FEPCACYL
Gloriosa Federación de Campesinos de Sandia
Gloriosa Federación de Campesinos de La Convención y Lares
Comunidad Tahuantinsuyo
Centro Kuka Hampy Wasy
Comentarios de los delegados
BREVE COMENTARIO REFERENTE AL VIAJE A LOS YUNGAS DE LA PAZ Y CHAPARE DE COCHABAMBA.
Mauricio Mamani P.
La hoja de coca llamada en el pasado: “Hoja sagrada de los Incas”, a la fecha tal cual está produciendo el cocalero, solo con miras al mercantilismo inmediato, no tiene futuro. Será erradicada por el mismo cocalero.
El uso de los agroquímicos en los Yungas como Tamaron, Murelle, Estermin y Caporal son productos preferidos por los cocaleros en la actualidad, incluso en alguna ocasión según ellos usaron el glifosato y luego lo dejaron de inmediato porque llegaron a saber el daño que ocasionaron a la salud de los acullicadores. En Chapare los agroquímicos de moda son Redimil, Explosive, Tocoron y Chagras, ¿qué otros más habrán ensayado? Lo mantienen en secreto pero hablan algo de Caporal.
Por otra parte: los cocaleros de Chapare desean pagar impuestos por la producción de coca y los de los Yungas de La Paz se resisten a la idea. Frente a esta realidad el gobierno mismo no sabe cómo actuar, porque la Ley 1008 diferencia entre coca legal y coca ilegal. En los Yungas de La Paz coca legal son de: Coroico, Coripata, Chulumani e Irupana, e ilegal son de Asunta y Caranavi. En Cochabamba, Chapare es Ilegal. El impuesto debe ser solamente para los legales y no para los ilegales. Entonces hay que cambiar la Ley, para ello el gobierno trabaja con personas que no tienen conocimientos y son unos incapaces para enfrentar problemas.
Sobre el excelente planteamiento de la despenalización de la hoja de coca, nunca lo harán, porque no existen las personas que pueden asumir esa responsabilidad, la misma que requiere de un conocimiento claro y preciso de la forma como cayó la coca prisionera en las NN.UU. A propósito la culpa de aquello fue un error metodológico, pseudocientífico y por eso hay que corregir y demostrar científicamente la verdadera realidad del acullico para liberarlo.
La llegada de los europeos a Bolivia y Perú “Amigos de la coca” es una bendición para corregir el camino equivocado que están emprendiendo los cocaleros. La solución es ingresar al cultivo de la coca orgánica o ecológica y dejar por completo el uso de los agroquímicos.
La coca fumigada no servirá absolutamente para nada, quizás para la “agroindustria ilícita”, tampoco sabemos lo que ocurriría con ella en el futuro. Los cocaleros en ambas regiones Chapare – Yungas son colonizadores, no saben nada de la coca, ni de su historia hay que educarlos y/o capacitarlos para que no continúen sobre el camino equivocado y tengamos que lamentar en el futuro.
La Paz- Bolivia, 10 de Julio 2015
RESUMEN DE EXPERIENCIAS EN LA RUTA DE LA HOJA DE COCA
J. Brenda Pérez Mendoza
Al inicio de la ruta tuve la oportunidad de representar al grupo en una asamblea sindical en La Asunta, una zona de producción de hoja de coca en los Yungas de La Paz. Se discutió sobre el contenido de la Nueva Ley General de la Hoja de Coca que sustituirá a la Ley 1008, que está vigente en la actualidad. Esta propuesta pretende establecer un régimen legal distinto al que rige el control de tráfico de drogas y en consonancia con el mandato constitucional de revalorizar la hoja de coca.
Esta iniciativa está siendo discutida en las zonas de producción campesina, aportando el carácter plural que la ley requiere.
La discusión giró sobre los siguientes puntos:
a) La distribución de las hectáreas de cultivo en las zonas de producción actual.
b) El control social sobre la producción, referente al auto control comunitario para evitar actividades ilícitas en torno a la producción de la hoja de coca.
c) La comercialización e industrialización.
d) La regulación del comercio exterior de la coca, por ejemplo en el norte de Argentina.
En los Yungas de La Paz ha sido notable el esfuerzo por implementar medidas de producción orgánica de la coca a través de la elaboración de abono y de la búsqueda de alternativas para combatir plagas sin la utilización de productos químicos altamente tóxicos. Además hemos presenciado la búsqueda por certificar los cultivos orgánicos.
Este proceso ha sido acompañado por técnicos especializados, sin embargo, la capacidad del personal ha sido rebasada, según Raúl Choque, integrante del proyecto Jatun Sacha, en La Asunta hay 10 ingenieros para capacitar a 42 comunidades con aproximadamente 1600 familias.
En el trópico de Cochabamba, la asistencia a asambleas multitudinarias me ha aportado una visión global de las preocupaciones actuales como: la nueva distribución de las hectáreas de cultivo de la coca; los retos de producir coca orgánica. Por otra parte, después de la visita a la Universidad Indígena Quechua del Trópico de Cochabamba, hemos podido concluir que existe una desvinculación de estas preocupaciones con los estudios que se realizan en la institución, del total de la población estudiantil de las carreras de: Agronomía, Ingeniería en alimentos y Agricultura, únicamente existía una tesis en desarrollo sobre la hoja de coca.
La ruta incluyó una importante experiencia en cuanto al intercambio de conocimientos en seminarios en La Paz y Cochabamba. Hemos podido comprobar el impacto que causó la presencia de los integrantes de la ruta en la opinión pública a través de la difusión de nuestros objetivos en distintos medios de comunicación a nivel nacional, esto ha revitalizado una discusión pendiente sobre el uso y consumo de la hoja de coca y sobre el régimen actual de control de las plantas y sustancias llamadas drogas.
RECOMENDACIONES FUTURAS
• Desarrollar el agroturismo, por ejemplo en Coroico donde se podría incluir la visita al centro Coca-Wasi.
• Aumentar la presencia del personal técnico especializado en las zonas de cultivo de la hoja de coca para asegurar la producción orgánica.
• Reactivar el proceso de certificaciones de la coca orgánica y consolidar las instituciones encargadas de otorgar dichos certificados.
• Incentivar la producción de conocimientos sobre la hoja de coca, a través de: a) La creación de centros de estudio y la vinculación de los centros existentes en las zonas productoras con el estudio de las problemáticas existentes b) La Creación de un sistema de becas, y apoyos a la investigación sobre la hoja de coca en distintos ámbitos.
• Indagar el potencial del mercado argentino de la hoja de coca a través de la elaboración de un censo de consumidores (inexistente en la actualidad). La revitalización de este mercado histórico proporcionaría posibilidades para impulsar una salida digna de la hoja de coca.
EVALUACIÓN PERSONAL DE LA RUTA
La ruta de la hoja de coca ha sido una vivencia integradora de diversos conocimientos. He podido incrementar exponencialmente la información que tenía sobre los procesos de producción de la hoja de coca. Las problemáticas que los campesinos presentan en este proceso y posteriormente en el momento de la comercialización me han conducido al conocimiento de realidades complejas y fascinantes.
Mi evaluación es positiva en cuanto al acercamiento empírico del mundo de la coca, después de haber realizado la ruta en el campo y de tener la posibilidad de escuchar a los campesinos, así como observar y realizar el trabajo artesanal que exige este cultivo, he incrementado mi compromiso de buscar alternativas para la liberación de la hoja de coca a nivel internacional. La ruta nos puso en contacto con saberes que superan las expectativas de los estudiosos e interesados en el tema.
A nivel personal la ruta me ha permitido profundizar la reflexión sobre la problemática mundial en torno al control de drogas. En el caso concreto boliviano, dar cuenta de la dinámica social, cultural, histórica en torno a la coca me aporta argumentos para demostrar el fracaso del régimen actual y la caducidad de un sistema de fiscalización que mantiene controles bélicos en América Latina. Que la ruta de la coca nos conduzca al final de un régimen que afecta en la actualidad a países como México, que la población boliviana impulse este proceso de cambio como ha impulsado tantos otros, y que salga del corazón de Sudamérica la hoja de coca para el mundo.
APUNTES SOBRE EL NORTE DE ARGENTINA
El conocimiento que adquirí en la ruta de la hoja de coca me permitió comprender algunos elementos de la dinámica de consumo del norte de Argentina, el cual es extenso y selecto, éste es un tema que podría ser incluido en la agenda de las próximas rutas. Luego de visitar algunas ciudades de la región pude observar la íntima relación social y cultural con Bolivia, sin embargo, existen algunos aspectos que diferencian y caracterizan al comercio de la coca, como la variada oferta que existe, lo cual ha conducido a la creación de un mercado especializado.
Las hojas de coca que se ofrecen en Catamarca, Tucumán, Jujuy y Salta se dividen en: común, elegida, despalillada, además se privilegian aquellas que contienen un sello de procedencia de Los Yungas. La oferta de coca elegida supone un trabajo cuidadoso de selección hecho casi hoja por hoja, se cuidan el tamaño, el color, y la textura. El precio actual de este producto en el mercado de la vieja terminal en la ciudad de Jujuy, (uno de los mercados de la coca más grandes de la región), es de ARS$160 (usd$15) por 250 gramos, mientras que la misma cantidad de coca común (coca no selecta, en algunos casos, seca, rota o de color oscuro) cuesta ARS$75.
Finalmente, la coca despalillada (coca elegida a la cual se le saca el palito de la hoja) cuesta ARS$300. Según las vendedoras del mismo mercado, la coca más consumida es la elegida. Cabe destacar que la oferta de esta coca selecta comienza en la ciudad boliviana fronteriza de Villazón, su precio es de 7 dólares por 250 gramos.
En el norte de Argentina el consumo es extenso entre consumidores muy variados, además es predominantemente masculino, entre campesinos, transportistas, integrantes de las esferas político institucionales, como los diputados, o los llamados turcos comerciantes.
Desde 1989 la legislación Argentina protege la tenencia y el consumo de hojas de coca en su estado natural.
Sin embargo, ante la inexistencia del cultivo en el país surge la ambigüedad sobre el aprovisionamiento de la hoja dando paso al tráfico ilegal; esto permite que las autoridades en distintos niveles como: aduanas, y la Gendarmería provincial y local mantengan una economía subterránea sobre un producto de consumo cotidiano, en el que las caseritas (vendedoras de hoja de coca) les pagan impuestos informales para que les permitan la venta de la hoja coca.
El consumo selecto en el potente mercado de la hoja de coca en esta región es un espacio oportuno para la producción orgánica que se está impulsando desde Bolivia.
Finalmente, la creación de un acuerdo comercial a nivel regional, entre Bolivia y Argentina, marcaría la pauta para romper el cerco internacional de Naciones Unidas sobre la hoja de coca y lograr su salida digna.
El trabajo de investigación en el norte de Argentina fue posible gracias a la Universidad Nacional de Jujuy, particularmente al Doctor Enrique Cruz.
PS. Informe del VRAEM
Entre 2 y 9 de agosto, Brenda Perez participó como invitada en el XI Festival Internacional de la Hoja de Coca en Pichari, en el Valle del Río Apurimac, Ene y Mantaro. Su informe se puede leer aquí.