Fuente: La Razón
16 de enero de 2013
La coca debe salir de la lista de estupefacientes para exportarse
Los 183 países miembros de la Convención de 1961 deben dar su aval
El inicio de una “batalla” para legalizar la comercialización de la hoja de coca en el mundo —que planteó el presidente Evo Morales el lunes—, implicará reformas en la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes y un esfuerzo mayor que el emprendido para revertir el veto al acullico, según la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC).
El Jefe del Estado, en dos grandes concentraciones realizadas en La Paz y Cochabamba, celebró la readmisión de Bolivia a la Convención de 1961, con la reserva que permite el acullico y el cultivo de la coca en el país.
Cabe señalar que el retorno de Bolivia a este mecanismo no implica el aumento de cultivos ni frenar tareas de erradicación, “Entre los dirigentes de Yungas y del trópico (deben) seguir librando otras batallas (…). La próxima batalla no solamente va a ser vender la hoja de coca al norte argentino, sino qué mejor a todo el mundo, industrializada, (esa es) otra batalla que hay que librar”, expuso el Mandatario.
Para que esto sea posible, de acuerdo con César Guedes, representante en Bolivia de la UNODC, el proceso que se debe seguir es parecido al que se hizo frente al tema del masticado, pero con un alcance mayor. “El proceso sería más o menos el mismo, primero que Bolivia plantee la remoción de la hoja de la lista y someterla a la consideración de los Estados miembros de la Convención”, dijo.
Aclaró que en este caso no sería una opción denunciar o salir nuevamente de este mecanismo internacional, pero se podría plantear la modificación de la Convención Única. Para lograr ese propósito, sin embargo, según Guedes, se necesita el acuerdo de los 183 países miembros.
Esa sería la única vía para poder exportar la hoja de coca y Bolivia, ahora como parte de la Convención, cuenta con voz y voto para realizar ese planteamiento. “Creo que los planes son soberanos y directos, de directa responsabilidad de las autoridades bolivianas, pero se debe ver cuáles son los riesgos y opciones que el país podría tener para llevar a cabo planes futuros”, sostuvo.