Fuente: Human Rights Watch
19 de marzo de 2009
Por favor ayuda para mantener la presión sobre las autoridades marroquíes enviando la carta al Rey de Marruecos para solicitar la inmediata liberación de Chakib Al Khayari
Update 14.4.2011: Chakik El-Khayari is free: Youtube
Las autoridades marroquíes han detenido a Chakib al-Khayari debido a sus denuncias de irregularidades y actividades a favor de los derechos humanos y deberían liberarlo inmediatamente, dijo la Human Rights Watch hoy día, después de una investigación de terreno sobre el caso. Al-Khayari ha estado detenido durante cuatro semanas. Todavía no ha habido una acusación formal en contra de su persona.
El 21 de febrero de 2009, al-Khayari apareció en una corte local de Casablanca, ante el juez de instrucción Jamal Serhane. El juez interrogó a al-Khayari sobre acusaciones que había “debilitado” o insultado a instituciones u oficiales del estado, una infracción que puede ser sancionada con una multa y una pena de cárcel de máximo un año, de acuerdo a los artículos 263 y 265 del código penal, dijo Mohamed Khattab, uno de sus abogados que estaba presente en la audiencia. Una declaración oficial que fue publicada después de la detención de al-Khayari añadió que también estaba siendo investigado por haber tomado dinero de “actores extranjeros” a fines de descreditar los esfuerzos realizados por las autoridades marroquíes para combatir al narcotráfico.
“Al-Khayari ha estado un mes en detención preventiva, y todo lo que las autoridades marroquíes pueden presentar es que el ha descreditado los esfuerzos del estado para suprimir el narcotráfico,” dijo Sarah Leah Whitson, director para el Mediano Oriente y el Norte de Africa para Human Rights Watch. “Está claro que el progreso que Marruecos ha hecho para la libertad de expresión no se aplica a los que denuncian irregularidades.”
Al-Khayari, presidente de la Asociación para los Derechos Humanos del Rif, fue detenido el 17 de febrero de 2009 cuando respondió a un llamado para presentarse a la Brigada Nacional de la Policía Judicial de Casablanca. La siguiente mañana, policías en civil hallanaron su casa en Nador, en el Noreste de Marruecos, sin mostrar una órden de búsqueda, confiscando su ordenador y documentos relacionados a la asociación.
Al-Khayari pertenece un una celda solitaria en la prisión de Oukacha de Casablanca. El juez Serhane se negó a liberarlo en la espera del juicio. No se ha planificado una fecha para la segunda audiencia ante el juez de instrucción.
Antes de su detención, al-Khayari hizo varios declaraciones a los medios de comunicación inetrnacionales y en conferencias en Europa, cuestionando la diligencia de las autoridades marroquíes en la supresión del tráfico de drogas ilegales desde Marruecos a España. Al-Khayari también es un activista a favor de los derechos del pueblo Amazigh (Berber). Ha criticado el maltrato por parte de las fuerzas de seguridad marroquíes a migrantes de otros paises africanos que están tratando de entrar en Europa clandestinamente, y de ciudadanos marroquíes por parte de las fuerzas de seguridad tanto de Marruecos como de España en la frontera cercana con el enclave español de Melilla.
Las acciones represivas por parte de las autoridades marroquíes demuestran claramente su intención para presionar a al-Khayari e intimidar a otros activistas de derechos humanos, cualquiera que sea el resultado de este juicio, indica la investigación de la Human Rights Watch. En primer lugar, el juez de instrucción Serhane se negó a liberar a al-Khayari provisionalmente. Luego, de acuerdo a Khattab y Ahmed Arhemouch, otro abogado que defiende a al-Khayari, el juez Serhane hasta ahora se negó a facilitar al equipo de defensa el acceso a las declaraciones hechas por al-Khayari a la policía, uno de los más importantes elementos del archivo del caso. Los abogados diheron que la corte normalmente facilita el acceso rápido a los archivos de sus clientes y calificó la actitud del juez como altamente inusual.
En la prisión de Oukacha, las autoridades han negado a permitirle a al-Khayari el acceso a una radio, una televisión o periódicos, aunque otros prisioneros sí tienen permiso de contar con estas cosas.
En el Rif, las autoridades locales han bloqueado casi todos los esfuerzos de organizar esfuerzos locales para solicitar la liberación de al-Khayari. Se han negado a dar permiso a un colectivo de asociaciones de encontrarse el 2 de marzo en una sala de encuentro público en Nador para planificar acciones de solidaridad (No intervinieron cuando los activistas se reunieron en un café cercano). Las autoridades locales bloquearon eventos similares en la ciudad cercana de el-Hoceima, y otro evento planificado para el día 17 de marzo en la ciudad de Midar. El 14 de marzo, la policía de Nador interrogó durante 5 horas a Mohamed el-Hammouchi, vice presidente de la asociación de derechos humanos del Rif sobre, entre otras cosas, sus contactos con organizaciones internacionales y sobre la visita de Human Rights Watch a la región.
Los medios de comunicación marroquíes han ligado el caso de al-Khayari a la expulsión, a comienzos de marzo, de un oficial de inteligencia basado en el consulado español de Nador, quien, de acuerdo a la prensa, había establecido relaciones cercanas con la sociedad civil local. Las relaciones marroquíes-españolas han estado tensas a veces por las políticas de interdicción al tráfico de drogas, la migración ilegal y los enclaves contestados de Melilla y Ceuta – los temas de los que al-Khayari había hablado públicamente.
“Si hay un caso credible en contra de al-Khayari – y la forma en que están manejando este caso sugiere que no lo hay- las autoridades deberían formular una acusación que incluye ofensas reconocidas y no actos relacionados con la libertad de expresión, y concederle su libertad provisional y un juicio honesto,” dijo Whitson.
Una de sus entrevistas características fue difundida por la Radio Netherlands Worldwide en árabe el 16 de enero de 2009. En esa entrevista, al-Khayari criticó las recientes detenciones de supuestos narcotraficantes en la región calificándolas de “escandalosas” mientras los verdaderos narcotraficantes “dirigen la región y hasta los asuntos del estado entero desde dentro del Parlamento. Están presentes en los mayores partidos nacionales que están en gobierno.” Al-Khayari, de acuerdo a una transcripción de la radio, mencionó a un supuesto narcotraficante que reside en un pueblo cercano, “quien no tiene miedo para decir ante todos ‘Justo como el rey Mohamed VI dirige en Rabat, así yo dirijo aquí.'”
En un programa emitido en septiembre de 2008 por la televisión francesa M6, al-Khayari puede ser visto mostrando al reportero los puntos de partida de las lanchas y desafiando a los oficiales de seguridad marroquíes con respecto a su inacción.
“Si existen individuos que creen que al-Khayari les haya desfamiado, pues que inicien remedios judiciales,” dijo Whitson. “Pero las leyes aue facilitan la detención – sea como medida preventiva o como una sentencia – en respuesta a la crítica de individuos o instituciones del estado no son compatibles con la libertad de expresión.”
Human Rights Watch visitó a los padres de al-Khayari en Nador el 14 de marzo. Dijeron que desde la redada del 18 de febrero de su humilde apartamento – donde Chakib tiene su oficina – las autoridades no les han molestado o intimidad. Amine, el hermano de al-Khayari y Arhemouch, el abogado, dijeron que al-Khayari no había mencionado haber sido maltratado físicamente mientras que fue interrogado por la policía.
En diciembre de 2008, otro activista, Brahim Sab’alil del centro marroquí para los Derechos Humanos, cumpió un término de seis meses en prisión luego de ser acusado por “descreditar a las autoridades públicas” por atribuirles “crímenes falsos” al informar que la policía había sido responsable por las muertes ocurridas durante los enfrentamientos en la ciudad sureña de Sidi Ifni en junio de 2008.
“Marruecos tiene a su crédito un auge en la actividad para los derechos humanos,” dijo Whitson. “Pero solamente merecerá este crédito cuando las autoridades terminan de utilizar leyes que criminalizan la libertad de expresión para silenciar a los que critican a las autoridades sobre temas sensibles.”