EL BOLETIN DE ENCOD SOBRE POLITICAS DE DROGAS EN EUROPA
NR. 37 ENERO DE 2008
UN PEDAZO DEL PASTEL
Tras años de promesas y compromisos de iniciar un proceso sincero de consulta a los ciudadanos sobre la política de drogas, finalmente el gran día había llegado el jueves 13 de diciembre de 2007. La Comisión Europea invitó a los representantes de 26 organizaciones a Bruselas para participar en la primera reunión de lo que se llamaría “Foro de la Sociedad Civil sobre Política de Drogas en la UE“.
De las 26 organizaciones, 2 representan a autoridades locales, mientras 17 han sido formadas por organizaciones de servicios de reducción de daños, tratamiento y prevención, en su mayoría financiadas por agencias estatales y europeas. No más de 7 son organizaciones creadas por ciudadanos, con financiación más o menos independiente.
La organización de la reunión fue tan caótica, que 4 de las 26 organizaciones invitadas no consiguieron llegar a Bruselas. Los documentos que cada participante debería haber leído antes del comienzo de la reunión llegaron por e-mail la mañana del martes 11 de diciembre (dos días antes de la reunión). Incluían un documento de 90 páginas en inglés y 7 enlaces a sitios web para ser estudiados en las siguientes 46 horas, teniendo en cuenta que la gente debía viajar a Bruselas y dormir. Como resultado, ningún representante había podido prepararse, ni hablar de consultar a sus socios.
La reunión misma tuvo lugar en el marco de la “hospitalidad estilo UE”: materiales impresos en carpetas lujosas, un almuerzo copioso y un cuarto de hotel de 5 estrellas. Por otro lado la Comisión dejó claro que no iba a suceder nada que escapara de su control.
Los representantes de la Comisión nos informaron que la forma en la que el foro había sido organizado y los participantes seleccionados fue definitiva: no había ninguna posibilidad de cambio. Y nos avisaron que dejáramos cualquier debate ideológico fuera de la sala, puesto que ello haría la reunión “ineficaz”. Luego nos dividieron en grupos de trabajo para hacer recomendaciones sobre textos que no habíamos leído ni consultado con nuestros socios y sin que existiera ninguna obligación para que las autoridades las implementen.
En los grupos de trabajo, por supuesto, no había ningún tipo de diálogo. La mayoría de los participantes de la “sociedad civil” estaban felices de editar comentarios que bien sabían iban a ser ignorados de todas maneras, asumiendo su papel de “experto profesional” más que “ciudadano interesado”. La mayoría de los participantes no cuestionaba las instrucciones de los representantes de la Comisión Europea, que también hizo grandes esfuerzos para explicar que ellos mismos no tenían ninguna responsabilidad en las políticas de drogas en absoluto.
Obviamente, el verdadero interés de los participantes estaba en la línea presupuestaria que la Comisión Europea ha ofrecido a organizaciones de la sociedad civil (un partenariado de dos socios como mínimo) para trabajar en proyectos de ““Prevención e Información de Drogas””. Desde enero de 2008 en adelante, las organizaciones pueden enviar sus solicitudes que, en caso de ser aprobadas, resultarán en apoyos concretos en diciembre de 2008.
Las posibilidades de recibir un pedazo de ese pastel redujeron cualquier esfuerzo de los participantes para proponer algo que la Comisión no aprobara. Cuando el responsable financiero de la Comisión informó a los participantes que la revisión de las solicitudes sería “considerablemente dura”, sonó como una advertencia absurda. Mientras que los ciudadanos se enfrentan a un aparato que opera a un nivel profesional extremadamente bajo, ellos mismos deben cumplir las normas más altas de profesionalización cuando se trata de solicitudes de financiación.
Dada la reputación de la Comisión sobre la transparencia, es poco probable que cualquier organización cuya solicitud sea rechazada alguna vez reciba una explicación adecuada para ello. Esta es la forma más simple en que las maniobras políticas frustran enfoques de abajo hacia arriba.
Los días 24 y 25 de enero de 2008, tendrá lugar en Budapest otra consulta de la sociedad civil, esta vez en relación con el foro de las ONG ““Más allá de 2008””, que propone organizar el Comité Oficial de ONG sobre drogas de la ONU en julio de este año. El foro será parte del “año de reflexión oficial” que debería comenzar después de la reunión del próximo mes de marzo de la Comisión de Estupefacientes de la ONU en Viena.
Igual que la reducción de daños, la implicación de los ciudadanos podría convertirse en un nuevo instrumento para hacer más “sexy” la imagen pública de las políticas de drogas. Los organizadores de este tipo de consultas se aseguran que se involucra sobre todo a organizaciones cuyos representantes están felices solamente por el hecho de ser invitados, sin ninguna intención de utilizar estos encuentros para discutir sobre cualquier cosa. Como resultado, el concepto de la “consulta a la sociedad civil” puede utilizarse fácilmente para legitimizar sus políticas.
Por otro lado, este tipo de diálogos quizás es una de las pocas posibilidades de “contaminar” el debate oficial. Cualquier mensaje bien preparado podría llevar a mejorar la situación de algunas personas, o, al menos, a evitar daños a nadie.
De momento ENCOD continuará participando en las consultas en el ámbito de la UE y la ONU. También organizaremos nuestros propios eventos, con el fin de proporcionar a la ONU algo para reflexionar.
Del viernes 7 al domingo 9 de marzo de 2008, los días anteriores a la reunión de la Comisión de Estupefacientes de la ONU que comienza el 10 de marzo, invitamos a todos aquellos ciudadanos que desean enviar una señal clara de esperanza para que la guerra a las drogas se termine algún día a participar en los eventos que ENCOD organiza en Viena. El programa, que se hará público a finales de enero, incluirá tanto un gesto simbólico a la ONU como también una conferencia sobre los daños de la prohibición y los beneficios que resultarían cuando se termine.
Por Joep Oomen