EL BOLETIN DE ENCOD SOBRE POLITICAS DE DROGAS EN EUROPA
NR. 38 FEBRERO 2008
UN EMPATE DIABÓLICO
Del 10 al 14 de marzo de 2008, los delegados de 53 gobiernos, formando la Comisión de Estupefacientes (CND), se reunirán en Viena a fines de discutir el progreso de los esfuerzos para “eliminar o significativamente reducir la producción, comercialización y tráfico ilícito de sustancias psicotrópicas”. En junio de 1998, la Sesión Especial sobre Drogas de la Asamblea General de la ONU en Nueva York acordó prolongar la guerra mundial a las drogas con otros diez años, luego de que el gobierno de los EEUU con la ayuda del entonces director ejecutivo de la Agencia de Control de Drogas de la ONU, Pino Arlacchi, había logrado neutralizar los esfuerzos de ONGs y países como México para que se realizara una evaluación seria del impacto de esta política que ha estado en vigor desde 1961.
Las cifras en el informe que la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, ONUDD presentará a la reunión de la CND en marzo no dejan duda alguna: la estrategia de 10 años ha fracasado. Desde 1998 la producción global de cannabis, cocaína y opio ha crecido en los tres casos. La de opio hasta ha logrado un tamaño récord desde que la invasión de los EEUU en Afghanistán acabó con el régimen de los Taliban en 2001.
Pino Arlacchi fue probablemente la única persona quien, aparte de los Taliban, creyó seriamente que los metas de 1998 podrían ser alcanzados. Fue despedido en 2002 después de que una larga serie de escándalos de corrupción y nepotismo había descreditado gravemente la reputación de su agencia. Al resto del mundo, los objetivos del plan de 1998 para un mundo más libre de drogas en 2008 se parecían en mucho a las órdenes militares de los generales de la primera Guerra Mundial (1914 – 1918): durante años, ellos insistieron en continuar una guerra de trincheras, mientras que cada soldado después de estar dos días en el terreno ya sabía que esa estrategia era completamente inútil. Pero a diferencia de la primera guerra mundial, en la guerra a las drogas no hay muchos soldados que arriesgan su vida. Al contrario, arriesgan su estatus e ingreso si comienzan dudar de la credibilidad de la operación, la cual, según Ethan Nadelmann de la Drug Policy Alliance, cuesta a los contribuidores del mundo una cifra global de 70 mil millones de euro por año. Ello representa más de 2.000 euros por segundo.
El sucesor de Arlacchi, Antonio Maria Costa, introdujo el término “contención” para describir lo que según él debería ser considerado como el objetivo real del control global de las drogas. Olvidémonos de reducir, lo que queremos es establizar el fenómeno. El término contención proviene de otra guerra del siglo XX: durante años fue la estrategia de la Administración de los EEUU “contener” la Unión Soviética dentro de sus propias fronteras, actuando rigurosamente contra lo que se concibió como los esfuerzos soviéticos de incrementar las áreas bajo su influencia.
“Contención” no es necesariamente menos sangriente que la guerra abierta: fue esta estrategia que mantuvo la guerra de Vietnam por muchos años después de que la mayoría de los analistas la habían categorizado como operación inútil. Pero de cierta manera suena más simpático, y lo que es más importante, evita las preguntas pesadas, puesto que es mucho más fácil mantener que un problema ha sido “contenido” que “reducido”.
Formalmente, la reunión de la CND en marzo marcará el inicio de “un año de reflexión” sobre el curso de las políticas de drogas futuras. Sin embargo, la ONUDD no ha vacilado de presentar ya el 4 de enero de 2008 una estrategia “para proteger el mundo de las drogas” para los próximos 4 años. El documento repite las mismas frases vacías de siempre. Acercándose la fecha crítica de marzo de 2008, el objetivo de la ONUDD es claramente el de mantener un empate diabólico: podemos hablar de las drogas, pero no podemos discutir, ni siquiera pensar en el problema real que debe ser solucionado: una legislación pasada de moda cuya implementación es cada vez más imposible sin tener que recurrir a violaciones masivas de los derechos humanos.
Los delegados viajarán a Viena para repetir los mismos discursos sin sentido que han estado escuchando durante años, con perspectivas de futuro que todos saben son completamente irrealistas. Cuando se trata de políticas de drogas, nuestros gobiernos se convierten en una especie de agencia ejecutadora de una política más que todo destinada a mantenerse a sí misma. Sus acciones no están inspiradas por las situaciones que enfrentan, sino que resultan de una dependencia, o mejor dicho, una adicción a las actitudes mantenidas por las mayores concentraciones de poder político y económico en el mundo. Si éstos considerarían que la legalización de drogas serviría a sus intereses, la prohibición terminaría prácticamente de la noche a la mañana.
ENCOD tiene el orgullo de organizar un llamado masivo por el fin de la guerra a las drogas, una de las más absurdas empresas en la historia de la humanidad. El fin de semana antes de que empieza la reunión de la CND, enviaremos un mensaje destinado a penetrar los muros del Vienna International Centre. El viernes 7 de marzo, una Marcha por la Paz de Drogas (se esperan a miles de participantes) reclamará la Libertad para Cultivar: el derecho de cada adulto en el mundo de cultivar cannabis, coca, opio y otras plantas con aplicaciones beneficiosas para su uso personal y objetivos no-comerciales. A fines de romper el consenso detrás de la guerra a las drogas, sólo se requiere un gobierno corajoso para terminar la prohibición de las plantas. Como consecuencia, se abriría toda una gama de oportunidades diferentes para construir nuevas políticas de drogas basadas en la razón y la compasión, en el respeto a la dignidad humana y el futuro del planeta.
El sábado 8 de marzo el programa continúa con una conferencia que reúne a expertos prominentes en materia de las políticas de drogas globales. Peter Webster describirá los motivos escondidos detrás de la prohibición de las drogas, sacando a luz los aprendizajes que los seres humanos deberemos hacer antes de que podamos volver a vivir en un mundo más sano. Peter Rausch, Christian Rätsch y Jochen Gartz resumirán los efectos de las sustancias psicoactivas ilícitas sobre la mente, dejando en claro exactamente qué tipo de procesos mentales son declarados ilegales cuando se prohibe a las drogas. Después de la cena, Beatriz Negrety Condori describirá el movimiento político indígena que puso fin a 500 años de colonialismo blanco en Bolivia, con la hoja de coca siendo el corazón y el alma de esta revolución remarcablemente pacífica. Después, Virginia Montañes y Joep Oomen comentarán las posibilidades de que el movimiento a favor de la reforma de la política de drogas pueda algún día provocar un efecto similar en Europa. La noche se cerrará con música jazz por la cantante austríaca Alex asícomo la ethnobeat de Peppe Voltarelli de Italia.
El domingo, 9 de marzo, comenzará con una sesión protagonizada por Dr. Kurt Blaas, el mayor promotor del cannabis medicinal en Austria asícomo por Martín Barriuso, portavoz de Pannagh, el primer Cannabis Social Club que opera con autorización de las autoridades legales del País vasco, España. Después, Clifford Thornton (foto) planteará que la guerra a las drogas es parte esencial de una enorme mentira: en realidad se trata de una guerra a los pobres, más que todo a los que no son blancos. Y Raimondo Pavarin ilustrará lo que ello significa en la situación local de una ciudad del Norte de Italia.
Luego del almuerzo, Dana Beal, Jacques de Schrijver y Boaz Wachtel explicarán los últimos acontecimientos en el uso de iboga e ibogaína, o cómo un milenario ritual africano puede ser adaptado a las necesidades modernas occidentales. Finalmente los micrófonos se abrirán para todas las voces que deseen hacer una declaración. Cada participante será capaz de expresarse en alemán, inglés y español.
Nos alegra mucho verle en Viena. El viaje puede arreglarse de manera económica a través de compañías de bajo costo con servicio a Bratislava (que está a distancia de un viaje en tren de 50 minutos de Viena). Encontrará en Viena, una de las ciudades más hermosas de Europa, hoteles y pensiones con condiciones razonables por precios justos.
Asúmase al esfuerzo de romper el empate diabólico.
Por Joep Oomen (con la ayuda de Peter Webster)