EL BOLETIN DE ENCOD SOBRE POLITICAS DE DROGAS EN EUROPA
NR. 43 SEPTIEMBRE DE 2008
FUERA DE LA CAJA
El fin de verano de 2008 es un momento oportuno para reflexionar sobre la pregunta cómo hemos de continuar nuestros esfuerzos como plataforma de ciudadanos europeos dirigida a terminar la guerra global contra las drogas. Tanto los resultados de un sondeo entre los socios de ENCOD, las conclusiones de la Asamblea General de Vitoria que tuvo lugar en junio, como las experiencias del representante de ENCOD Fredrick Polak en el Foro “Más Allá de 2008” que se realizó en Viena entre 7 a 9 de julio producen una imagen confiable de nuestras futuras oportunidades para obtener una reforma fundamental de las políticas de drogas.
Es bastante evidente que estas oportunidades son limitadas. No existe ningún signo en ninguna parte del mundo de que algún gobierno estuviera preparando un paso significativo hacia la implementación de “políticas justas y eficaces” en materia de drogas, o sea, políticas que enfocarían a temas sanitarias y sociales en lugar de la interdicción.
Por una parte ello se debe al clima neo-conservador que domina los sectores políticos y económicos del occidente, y sus cómplices en los medios de comunicación, después de declararse la llamada Guerra al Terrorismo. Por parte de la culpa también se puede atribuir a aquellos que en los últimos diez años hemos tratado de desafiar el consenso detrás de las Convenciones de Drogas de la ONU, puesto que no hemos sido capaces de desarrollar una estrategia coherente que puede unir a todos. l
Cuando las Naciones Unidas en 1998 declararon que iban a reducir significativamente la oferta y demanda de drogas en los próximos diez años, mucha gente estaba convencida de dos cosas: esa estrategia resultaría un gran fracaso, y el año 2008 se convertiría en un año de cambio crucial en la historia de la política de drogas. Tenían razón en el primer punto, pero no en el segundo. Por consecuencia, hoy día, muchos activistas para la reforma de la política de drogas se encuentran divididos y/o desmoralizados.
Incluso entre los 150 socios de ENCOD, muchas voces e intereses diferentes están representados, y esto es uno de los problemas que estamos enfrentando en este momento. Nuestros socios coinciden en que aunque nuestras acciones y participación en eventos oficiales puedan producir muy poco impacto directo, continúan siendo necesarias y valiosas. ENCOD es reconocida como la única red europea que representa las voces de los que cuestionan la prohibición como causa principal de los problemas relacionados con las drogas. ¿Sin embargo, cómo podemos realizar una estrategia eficaz, utilizando métodos que de manera contundente mejorarán la calidad y la visibilidad de nuestro trabajo?
En la Asamblea General logramos formular nuestra estrategia como la de “elaborar propuestas realísticas para políticas justas y eficaces de drogas”, es decir pasos que tanto ciudadanos como autoridades podrían tomar hacia la sustitución gradual de la prohibición con políticas que están dirigidas hacia la promoción de la salud y el bienestar de las personas. Estas propuestas pueden ser tanto globales como en el caso de desarrollar respuestas serias a los reclamos de los campesinos productores de tanto cannabis, hoja de coca y opio en Asia, Africa o Latinoamérica, que desean tener un mercado legal para sus productos en lugar de ser atacados o manipulados por las autoridades de su país o las organizaciones criminales. O pueden ser locales, como el modelo de los Clubes Sociales de Cannabis, que de acuerdo a posibilidades legales y logísticas, incluso puede ser extendido a otras sustancias.
Pero mientras que las discusiones antes y durante la Asamblea General estaban enfocadas sobre asuntos de relativamente menor importancia, no logramos tomar algunas decisiones cruciales, tales como dar instrucciones concretas a nuestro representante Fredrick Polak al Foro “Más Allá de 2008” que tenía lugar en Viena dos semanas después.
El objetivo de los organizadores de este Foro, siendo el Comité de ONGs aliadas a la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD), con sede en Viena, fue de obtener el consenso de approx. 300 ONGs participantes para el texto de una resolución dirigida a la Cumbre de Ministros que en marzo de 2009 aprobará una “nueva” estrategia con respecto a las drogas para los próximos (10, 20, 25?) años.
A fines de participar en esta reunión, las ONGs debería pasar un trámite burocrático complicado y por supuesto juntar el dinero para pagar los gastos de viaje y acomodación de su(s) representante(s). Ello lo hizo difícil para no decir imposible para las organizaciones de base atender a esta reunión. Por consecuenica, la gran mayoría de organizaciones presentes en Viena en realidad estaban financiadas por gobiernos o instituciones privadas que están en favor de las Convenciones de Drogas de la ONU o por lo menos están dispuestos a aceptarlas como legítimas. Casi nadie en la sala estaba directamente defendiendo los intereses de aquellos ciudadanos que más sufren de las actuales políticas de drogas: cultivadores de plantas o consumidores de sustancias prohibidas.
Además, el Foro estaba organizado como una copia de las reuniones de de la Comisión de Estupefacientes (CND) a las que atienden las delegaciones gubernamentales en marzo de cada año. Las conclusiones están preparadas previamente. Si de la discusión surgen puntos de vista mutuamente exclusivas, dejando poco o ningún espacio para el compromiso, el moderador trata de forzar concesiones. Si ello es imposible, el menos voluminoso de los dos grupos simplemente es presionado para aceptar el “compromiso”. Romper el consenso es posible, pero lleva a que uno es excluído del grupo de los que están siendo considerados como “responsables”.
“Así que acordamos con nueve votos contra uno que decimos nuestro previo voto fue unánime”
Organizado de esta manera, este tipo de consultaciones parece servir sobre todo a aquellas organizaciones que operan dentro de la caja, es decir cuya actitud hacia las políticas de drogas corresponde con la forma moderada de pensar: la prohibición es un instrumento legítimo para reducir el uso “ilícito” de drogas, que incluye todo uso no reconocido como médico o científico. Entre esta forma moderada de pensar pueden haber diferencias que producen discusiones sobre palabras o frases, pero jamás se toca el asunto crucial. La prohibición se mantiene firme en su lugar, incluso será legitimada por una supuesta “consultación” a la supuesta “Sociedad Civil”.
El Foro acordó un texto final. que reconoce que las politicas actuales en materia de drogas tienen efectos dañinos y solicita una adopción completa de los principios de Reducción de Daños y Derechos Humanos en estas políticas. Sin embargo, la mayor causa para el daño y las violaciones de derechos humanos relacionados con las drogas, el hecho de que están prohibidas, ni siquiera se discutió.
Para organizaciones que esperan tener algún financiamiento u otro beneficio de su relación con las Naciones Unidas, este Foro fue un éxito.
Pero para aquellas organizaciones que tienen un objetivo político, tales como ENCOD y otras que están formadas por personas que están diariamente afectadas por el fracaso de las políticas actuales, no es fácil encontrar la mejor forma de utilizar este tipo de encuentros. No somos ni seremos jamás como los lobbyistas profesionales, quienes tienen poco conocimiento de la realidad vivida por las personas afectadas, o como los que incluso si lo tienen, prefieren guardar sus intereses personales o políticos y callarse en el momento de tomar una posición basada en la realidad en lugar de en ideologías.
El objetivo central para ENCOD y sus 150 socios fue, y sigue siendo, de poner las alternativas a la prohibición en la agenda de la CND y de los países individuales. Nuestros esfuerzos para introducir este punto en el ‘Foro “Más Allá de 2008” han fracasado, sobre todo por la forma en que este foro estaba organizado. Si Fredrick Polak se hubiera retirado de la reunión en ese momento, los demás participantes simplemente hubieran seguido y obtenido un consenso, con solamente nosotros o un grupo pequeño de organizaciones similares en desacuerdo.
De esta manera, la experiencia de Viena demuestra los límites de una estrategia de “lobby ciudadano”. Debemos continuar de encontrar nuestro camino con otras acciones también, a pesar de la enorme oposición que enfrentamos, de la falta de recursos y hasta de aliados políticos. El hecho de que desde la fundación en 1993 hemos sobrevivido hasta ahora puede llevar a la conclusión de que nuestra asociación tiene un valor importante. Por lo menos significa que es posible seguir pensando fuera de la caja en búsqueda de soluciones. Hay tres formas de envejecerse: ponerse más sabio, o más testarudo. Pero la mejor forma es, aparentemente, una combinación de las dos.
Por: Joep Oomen (con ayuda de Peter Webster)
Para un informe video del Foro Más Allá de 2008 Forum, ver Drugreporter de HCLU.