BOLETIN ENCOD SOBRE POLITICAS DE DROGAS EN EUROPA
NR. 62 ABRIL DE 2010
TRAMPA 22
En este boletín trataré dos temas de interés actual.
En primer lugar, tanto la audiencia en el Parlamento Europeo (el 23 de febrero) como la reunión de la Comisión de Estupefacientes en Viena (8 a 12 de marzo) mostraron la situación “Trampa 22” en la que se encuentra el proceso de decisiones sobre la política de drogas en tanto la UE como la ONU .
Luego, la pregunta es cuál debería ser la posición de Encod en el próximo período, en las capitales nacionales, ante la Unión Europea en Bruselas y en las Naciones Unidas en Viena.
Los días 25 y 26 de febrero representé a Encod en una reunión en Budapest que fue organizada por HCLU, la Unión de Libertades Cívicas de Hungría, para discutir la cooperación y la planificación entre grupos que quieren terminar la prohibición de las drogas. Estaban presentes la Red de Reducción de Daños de Eurasia (EHRN), la Red Internacional de Personas que Consumen Drogas (INPUD), Release, los Abogados de la Calle de Dinamarca y Transform. La idea de organizar una gran conferencia europea, como la Conferencia de la Asociación Internacional para la Reducción de Daños, fue descartada, porque probablemente resultaría en un esfuerzo para convencer los convencidos. En el futuro próximo, queremos enfocar sobre campañas coordinadas, propaganda contraria, abogacía, marcar los temas. Uno de los objetivos de este grupo será crear un tema de campaña de caracter general que puede ser empleado en todos los países, aunque también debe ser adoptable a actitudes públicas y realidades políticas diferentes, y combinable con temas específicamente locales y regionales.
Mucha información ya se ha enviado sobre la Comisión de Estupefacientes (CND) de la ONU en marzo. No fue fácil seguir lo que pasaba allí, pero ya estaba claro pronto que nada de importancia real estaba en juego. El más importante resultado de la CND de 2009 fue una inesperada explosión de desacuerdo. Ella provocó la histórica carta de interpretación (sobre la Reducción de Daños) presentada por Alemania a nombre de la mayoría de los estados miembros de la UE y algunos otros estados. El supuesto “consenso global” sobre la prohibición de drogas se deshizo por primera vez en público.
La buena noticia de la CND de este año es que esta situación se ha institucionalizada. Los desacuerdos se han profundizado y se han endurecido. Los EEUU ha suavizado su posición de alguna manera, más en palabras que en actos, pero la posición prohibicionista de línea dura ya ha sido recuperado por una coalición informal entre Rusia, Japón, China, Pakistán, Malaysia, Nigeria y Colombia. Esos países quieren incrementar aún más la represión, mientras que la mayoría de los países europeos y varios países latinoamericanos abiertamente expresan su crítica a la JIFE y su deseo a políticas más liberales.
Cada vez más, en lo que ha llegado a ser un nuevo ritual en la CND, desde ambos lados aparecen unos países con propuestas opositorias y objeciones estandardizados. Más a menudo ello termina en un compromiso que cambia poco o nada en la situación actual, o con una decisión para hacer más investigaciones.
Esta última opción resultó de la propuesta de Japón para incluir semillas de cannabis en las listas de sustancias prohibidas. Alemania y algunos otros estados tuvieron objeciones, y que consideraban que no había un verdadero problema y no querían limitar el comercio de cañamo industrial. La decisión final fue de estudiar el asunto, a fines de analizar el problema y el daño relacionado con las semillas. Por lo que yo sepa, la impresión general es que ello no provocará una prohibición mundial de semillas de cannabis. Muchos países están conscientes que una prohibición causará más problemas de las que puede solver.
Mi conclusión es que estamos en una situación Trampa 22. En los debates sobre la reforma de las políticas de drogas en las sedes de gobierno nacionales nos refieren a las organizaciones supranacionales. La mantra es que nada puede modificarse sin el consenso de Bruselas y Viena. Sin embargo, cualquier propuesta que hacemos tanto ante la Unión Europea (Comisión, Parlamento) y ante la ONU, nos responden que ellos solamente pueden actuar de acuerdo a su mandato, y puesto que ningún país ha pedido una modificación en las Convenciones sobre las drogas (Bolivia siendo la única excepción, habiendo propuesto la eliminación de la obligación a prohibir la masticación de la hoja de coca en las convenciones) no pueden tomar en cuenta tal propuesta.
Algunas organizaciones bienintencionadas ponen su esperanza y expectativas para el mejoramiento en un nuevo consenso internacional en el que se aplicará el respeto a los derechos humanos y la reducción de daños de forma completa y consistente. Como es la situación ahora, creo que será más fácil y más productivo trabajar en el sentido de provocar el colapso definitivo del consenso.
Lo siguiente está pensado como una propuesta para una discusión dentro de Encod, y sobre todo dentro del grupo de lobby. Esperamos sus opiniones en lobby@encod.org (si no eres miembro del grupo de trabajo de lobby todavía, ver aquí como puede serlo) .
Tratando de mejorar nuestro mensaje, y de acuerdo con las “conclusiones de Budapest”, formularé una línea de pensamientos para uso común, que pueden ser combinados con argumentos específicos de situaciones y problemas locales y regionales.
1. La prohibición debería ser considerada como una violación de los derechos humanos. El consumo de drogas incluye riesgos de salud, pero estos riesgos son de un caracter que requiere un enfoque legal regulatorio “suave y paternalista”. La prohibición es un enfoque injusta e innecesariamente duro, que deja la regulación del mercado de drogas en manos de las mafias.
2. Las convenciones internacionales de estupefacientes jamás tuvieron base científica alguna. Su suposición central es que la prohibición disminuirá el consumo y comercio de sustancias “controladas” de manera significativa.
3. Resulta abundantemente claro que esta suposición es falsa. La relación entre los niveles de consumo de drogas y de adicción por un lado y la intensidad de la represión y a políticas gubernamentales en general por otro es inexistente o casi inexistente. El “Informe sobre los Mercados Globales de las Drogas Ilícitas 1998 – 2007” (versión corta), editado por Peter Reuter y Franz Trautmann, publicado por la Comisión Europea en marzo de 2009 de nuevo lo ha demostrado.
4. Se puede sacar una importante conclusión de todo ello. No hace falta temer una explosión de consumo de drogas luego de que los mercados de drogas serán regulados. Las experiencias en los Países Bajos (con el acceso decriminalizado al cannabis) y en Portugal (con la decriminalización general de consumo y posesión para uso personal) lo han confirmado.
5. Por otro lado, la prohibición de drogas causó y continúa causando daños enormes en una escala mundial, mientras que no se han obtenido resultados realmente positivos.
6. Los esfuerzos para liberalizar las legislaciones de drogas nacionales resultan siendo sistemáticamente bloqueados por referencias a las convenciones internacionales de estupefacientes. Pero la aplicación de la prohibición internacional de drogas normalmente está siendo legitimada por un supuesto consenso mundial. Sin embargo, en las últimas décadas, dentro de las reuniones de la CND han aparecido desacuerdos sobre el carácter y la dirección de las políticas de drogas fundamentales y aparentemente imposibles de resolver.
7. Esta situación no deja a los países individuales o en grupo desarrollar políticas que desean introducir, sobre la base de una larga experiencia y una sana experimentación.
8. La conclusión es que las Convenciones internacionales de drogas han llegado a ser irrelevantes, y peor aún, un obstáculo para el progreso.
9. Las convenciones internacionales de drogas no pueden servir más como base para políticas nacionales e internacionales. El “sistema de control de drogas” a nivel mundial debe ser reemplazado por políticas nacionales. Es probable que estas políticas serán desarrolladas en intensa consultación y cooperación entre países vecinos.
10. La REGULACIÓN debe ser puesta en la agenda política.
Fredrick Polak