BOLETIN ENCOD SOBRE POLITICAS DE DROGAS EN EUROPA
NR 71 ENERO DE 2011
ESTO NO ES UN DIÁLOGO
En las últimas semanas, hemos tenido algún problema encontrando la respuesta a la pregunta si Encod debería o no – y en caso que sí, en qué condiciones – continuar a participar en el Foro de la Sociedad Civil sobre las Políticas de Drogas en la UE. No es ninguna sorpresa. Esta pregunta está profundamente relacionada a otra, siendo la pregunta qué papel debería jugar Encod: el de un grupo que aboga por otras políticas o el de un movimiento político que las propone con fuerza? Para responder esa pregunta es necesario daber algo sobre los orígenes de Encod.
En 1991, la Comisión Europea inició el proceso que supuestamente debería llevar a una política de drogas uniforme en toda Europa. El autor de este concepto fue el presidente francés François Mitterand, cuyo sueño era una Europa que determinaría sus propias políticas de drogas independientes de aquellas de los Estados Unidos. Durante dos años, varias conversaciones tuvieron lugar con cientos de expertos académicos y organizaciones trabajando en el terreno de las drogas en toda Europa. Como resultado, se puso en claro que para repetir buenas experiencias y evitar las malas, la política europea de las drogas debería estar basada en los hechos, no en la ideología. El primer pilar de esta política debería estar establecido por la colección y la comparación de los datos estadísticos, el segundo por un diálogo abierto y transparente con la sociedad civil afectada e involucrada.
En marzo de 1993, la Comisión Europea organizó un seminario en París para crear una plataforma europea de ONGs trabajando en el campo de las drogas que serviría como contraparte en el diseño y la elaboración de una política de drogas europea. Como resultado de este seminario, se fundó Encod.
En noviembre de 1993, se estableció el Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanía en Lisboa. Con un presupuesto anual de aproximadamente 10 millones de euro, el OEDT desde entonces ha producido un gran número de informes con datos estadísticos sobre casi cada aspecto del tema de las drogas en Europa.
De estos datos, se podía sacar una importante conclusión: la teoría que la prohibición de las drogas es necesaria para reducir la demanda y la oferta de drogas había sido falsificada. En países donde la prohibición había sido flexibilizado, la oferta y demanda no habían incrementado. Lo que es más, fue exactamente en estos países que se podían observar los pocos éxitos en la lucha contra los problemas, tales como una reducción en las enfermedades y las muertes relacionadas con las drogas.
Sin embargo, mientras que las estadísticas a nivel europeo indicaban que la prohibición es la mala respuesta a los problemas de drogas, las autoridades europeas hacían todo para evitar el debate sobre esta conclusión. A pesar de varios compromisos para establecer una consulta adecuada con la sociedad civil afectada e involucrada, hechos en las estrategias, planes de acción y otras declaraciones oficiales sobre las drogas desde 1993, las autoridades de la UE todavía no han hecho un serio esfuerzo para ponerla en práctica.
En los únicos dos cumbres de la UE sobre las drogas a los que Encod fue invitada, en febrero de 2000 y mayo de 2004, nuestra contribución fue limitada a una sesión de 5 minutos, luego de la que algunos representantes gubernamentales abiertamente expresaron sus quejas sobre el hecho de que “se había invitado a los partidarios de la legalización”.
Luego decidimos realizar una campaña intensiva hacia el Parlamento Europeo, con éxito. En diciembre de 2004, el PE aprobó una serie de recomendaciones hacia la nueva Estrategia de Drogas de la UE incluyendo el establecimiento de un mecanismo concreto para el diálogo con la sociedad civil a fines de incrementar su papel en la política de drogas. Este llamado fue fortalecido durante una Audiencia Pública organizada por Encod organised en colaboración con la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo en mayo de 2005.
Como respuesta al informe del PE, Carel Edwards, jefe de la Unidad Anti-Drogas de la Comisión Europea, escribió el 17 de diciembre de 2004 que “el diálogo comenzará en 2005, bien preparado y estructurado. Creo, sin comprometerme, que lo podremos hacerlo en la segunda mitad del año próximo.”
En enero de 2006, la Comisión Europea organizó una conferencia sobre la “Sociedad Civil y Drogas“. Aproximadamente 60 participantes, entre ellos 17 miembros de Encod, juntos presentaron un mensaje claro a la Comisión Europea: “Considerando el gran impacto público e interés del fenómeno de las drogas entre el público europeo, es urgente necesario elaborar un plan sólido para un diálogoi sincero y constructivo entre las autoridades y las Organizaciones de la Sociedad Civil sobre el diseño y la implementación de las políticas de drogas en el nivel tanto nacional como europeo”. La respuesta del representante de la Comisión Europea, Francisco Fonseca, fue que “en 2007, será creada una línea presupuestaria para facilitar los esfuerzos para incluir las demandas de los ciudadanos y sus organizaciones en las políticas y estrategias europeas sobre las drogas.”
La primera parte de esta promesa se cumplió. Desde el mes de septiembre de 2007, la Comisión Europea tiene el mandato de invertir 1 millón de euro por año en el diálogo con la sociedad civil sobre las políticas de drogas. Pero no está claro todavía en que se gasta este dinero.
El único resultado visible de este presupuesto ha sido la creación del llamado Foro de la Sociedad Civil sobre Políticas de Drogas en la UE. Pero lo que está ocurriendo en las cuatro sesiones de este Foro que han sido organizadas difícilmente puede llamarse un diálogo.
En primer lugar, quedan muchas preguntas sobre la representatividad de cada una de las 26 organizaciones que participan en este foro. La Comisión no está dispuesta de compartir los motivos por los que estas organizaciones han sido seleccionadas. Es imposible saber a quienes estas organizaciones realmente representan, y en lo que se basan sus opiniones. Algunas de ellas parecen no tener miembros o reglas sobre la toma de decisiones, y parecen ser mantenidas por una o dos personas con acceso a un patrocinador exclusivo.
La parte león de estas organizaciones está formada por los llamados “proveedores de servicios”, profesionales trabajando en salud que reciben su financiación de autoridades locales, nacionales o europeas para programas destinadas a tratar o prevenir problemas de salud relacionadas al consumo de drogas. Como tal, no está en su caracter criticar a autoridades. Se puede preguntar hasta qué nivel los que dependen en fondos públicos pueden representar a la sociedad civil.
El resto de los miembros del FSC se comparte entre organizaciones que abogan por la mantención de la prohibición de drogas (entre otros relacionadas a la Iglesia de Scientología) y organizaciones que abogan por la reforma de la política de drogas.
La Comisión Europea ha organizado el FSC de tal forma que se evita un debate sobre el surso fundamental de las políticas de drogas de la UE. cada esfuerzo en esta dirección se ha silenciado por los representantes de la Comisión, argumentando que “los Estados Miembros jamás aceptarían ninguna recomendación en este aspecto”. Ningún representante de los Estados Miembros jamás ha estado presente en las sesiones, o mostrado algún interés en sus conclusiones.
Por supuesto no hay nada de quejarse sobre las condiciones materiales en las que toman lugar las sesiones del FSC (de un día y medio), con participantes viajando a Bruselas en primera clase, permaneciendo en cuartos de hotel de 250 euro/noche, y los programas impresas sobre papel brillante. Pero estas condiciones no pueden compensar por el hecho de que es imposible obtener alguna declaración coherente del FSC con respecto a la dirección que deben tomar las políticas de drogas de la UE, para no mencionar la realización de algún tipo de progreso en la dirección de un diálogo real.
Las sesiones del FSC cuestan aproximadamente 50.000 euro cada una. Ello significa que en los pasados 4 años, se han utilizado 950.000 euro/año que deberían haberse empleado en un diálogo con la sociedad civil sobre las políticas de drogas, para objetivos distintos. La Comisión aún no ha podido explicar cuales. Uno de estos otros objetivos ha sido la organización en 2009 de una llamada Acción Europea sobre las Drogas, una campaña de propaganda para advertir a los ciudadanos europeos sobre los peligros causados por las drogas, diseñada únicamente a petición de gobiernos, sin consultación alguna con organizaciones de la sociedad civil.
En varias ocasiones Encod ha tratado de obtener explicaciones de la Unidad Anti-Drogas de la Comisión Europea sobre el futuro del diálogo. No hemos recibido ninguna respuesta clara, aparte de la declaración de que “la Comisión Europea ha limitado el mandato para actuar en el terreno de la política global de las drogas. Los Estados Miembros tienen autonomía para decidir cuáles son las políticas de drogas que deseen adoptar.”
Entonces aquí estamos, casi 20 años después de que se lanzó la primera idea de una política de drogas europea. Mientras que son abundantes las pruebas que resultan de la comparación de los datos para que esta política debe basarse en un fundamento diferente que la prohibición total, las instituciones de la UE han puesto todos sus esfuerzos en asegurar el estatus quo y evitar el debate.
Con el foro de la Sociedad Civil en su constitución actual, sin transparencia sobre los participantes, la estructura, la manera en que está financiada, el objetivo y el impacto esperado sobre la política de drogas en la UE, no hay esparanza para mejorar. Si continuamos participando en esta forma corremos el riesgo de hacernos cómplices a este estatus quo, siempre que la Comisión Europea puede mantener que ha consultado a la sociedad civil “afectada e involucrada”. Mientras en realidad, el FSC es una forma costosa de decir a la sociedad civil, “representada” por organizaciones ambiguas y profesionales de salud buscando subsidios de la UE, que no tendrá ningún impacto sobre la política de drogas.
Mientras tanto, en los últimos pocos años Encod se ha convertido de un grupo de lobby de unas pocas ONGs en un movimiento de personas que deseen desafira la prohibición de drogas de forma concreta, en palabras y acciones. En una reunión del Comité Ejecutivo a fines de diciembre decidimo de postponer la decisión final sobre nuestra participación en el FSC a la Asamblea General de Encod en junio de 2011. Mientras tanto, trabajaremos en una lista de pros y contras con respecto a la decisión, que será presentada a todos los socios de Encod en la primavera, así que todos pueden hacer una decisión informada sobre este asunto.
La gran pregunta sigue siendo cómo influenciar el nivel de los gobiernos nacionales. Sabemos todos que desde la Audiencia Pública en el Parlamento Europeo de 8 de diciembre que la UE no se opondrá a ninguna iniciativa de un país nacional para tomar el próximo paso en la reforma y el relajamiento de leyes prohibicionistas de drogas. Por ello se necesita una estrategia coordinada entre Encod y sus socios. Utilizemos el año 2011 para este fin.
Feliz año nuevo!
Por: Joep Oomen (con la ayuda de Peter Webster)