Fuente: Pagina 12
Por Emilio Ruchansky
La discusión se abrió ante la detención de dos personas por tener plantas de cannabis. Es que la legislación uruguaya no castiga la tenencia de droga para consumo personal, pero sí el cultivo. Un proyecto en el Parlamento.
Los procesamientos con prisión preventiva en Uruguay de la argentina Alicia Castilla, autora del libro Cultura Cannabis, y de Mauricio B., un artesano local de 39 años y con dos hijos, abrieron el debate sobre la legalización de la marihuana. Más precisamente, de su cultivo. Ambos fueron detenidos por tener plantas de cannabis. En el caso de Castilla eran quince, Mauricio tenía siete. “En todo el 2010 hubo 63 incautaciones de plantas de marihuana y ningún procesamiento. En estos dos casos fue la misma jueza (Adriana de Aliz) la que tomó la decisión a partir de una interpretación retorcida de la ley, algo que no hizo ninguno de sus pares”, le dijo a este diario Milton Romani, titular de la Junta de Drogas del gobierno uruguayo, donde ya se discuten iniciativas parlamentarias para permitir el autocultivo.
A diferencia de Argentina, en Uruguay no está penada la tenencia de drogas para consumo personal pero sí el cultivo con los mismos fines. Esto último, según Romani, debe quedar más claro en una futura norma. “Cultivar es un acto derivado de la tenencia, es asimilable al uso personal”, explicó el funcionario, quien además destacó: “Por la ley actual, el juez debe atenerse a ‘su convicción moral fundada’, y yo sacaría lo de ‘moral’, antes de procesar a alguien por tener plantas. En el caso de Castilla está probado que no cultivaba para comerciar”.
La escritora argentina, de 66 años, estaba viviendo en Atlántida, a unos 45 kilómetros de Montevideo, cuando su casa fue allanada tras una denuncia. Hace cuatro semanas que permanece detenida en una cárcel en el departamento de Canelones, al igual Mauricio B. La semana pasada, hubo una marcha a la Corte Suprema de Justicia uruguaya pidiendo la liberación de ambos y la urgente reforma de la ley. La activista Clara Musto, de la asociación Prolegal, informó que de las tres iniciativas sobre autocultivo una sola fue presentada en el Parlamento, la del diputado Luis Lacalle Pou, del Partido Blanco.
“El problema del proyecto de Lacalle es que, si bien despenaliza el cultivo, aumenta las penas por narcotráfico sin hacer ningún tipo de distinción entre el minorista o la mulita y los grandes narcos. También se están debatiendo y redactando dos proyectos del oficialismo que van a ser más completos: el del socialista Nicolás Núñez y otro, que creemos que será más ambicioso, de Sebastián Sabini, del Movimiento de Participación Popular (MPP)”, contó la activista. El MPP es el partido mayoritario dentro del Frente Amplio.
Consultado por este diario, Sabini aseguró que durante el año pasado se examinó la reforma a la ley de drogas en la Comisión de Adicciones, a partir de los reclamos y propuestas de varias organizaciones de usuarios y cultivadores, como Prolegal y Plantá tu planta. “El problema central es que la ley actual habilita el consumo y la tenencia, pero no facilita los canales de obtención de marihuana”, dijo el diputado. Por lo demás, a excepción de la jueza que procesó a Castilla y Mauricio B, “Uruguay es un país bastante liberal y tolerante, desde el 2000 a estos años”, comentó.
Entre los debates que se abren está el esquema regulatorio. Para Romani, de la Junta de Drogas, no conviene especificar cantidades para el cultivo, sino dejar el tema supeditado a los fundamentos de cada juez. En cambio, el diputado Sabini cree acertado permitir ocho plantas hembras (las que producen flores con efectos psicoactivos) y 25 gramos de marihuana para tenencia para uso personal. “Con la aclaración de que uno puede tener muchas plantas como parte del proceso de cultivo, hasta poder diferenciar las que son machos y hembras”, señaló.
En lo que coinciden Sabini y Romani es en “la necesidad del cambio de regulación en los mecanismos del control de drogas”. Esto incluye permitir el autocultivo y otras opciones, como los clubes de cultivo que existen en España, donde varios cultivadores informan a la policía el lugar y la cantidad de la siembra y se asocian para cultivar. “Estas ideas se están discutiendo en medio de una gran ignorancia del sistema político”, admitió Romani. Por su parte, Sabini aseguró que “el autocultivo es el primer escalón para poder discutir más adelante la comercialización regulada de marihuana”.