Fuente: El Espectador – EFE
7 Abril 2013
El psiquiatra David Nutt se quejó porque le impiden examinar el efecto de los hongos alucinógenos en el tratamiento de la depresión.
Un reconocido científico británico criticó este domingo “las absurdas leyes” que restringen el uso de drogas ilegales en la investigación médica y que le impiden examinar el efecto de los hongos alucinógenos en el tratamiento de la depresión.
El psiquiatra y neuropsicofarmacólogo David Nutt, que fue asesor del Gobierno británico hasta 2009, quiere hacer un estudio clínico sobre el impacto de la psilocibina, una sustancia de los llamados “hongos mágicos”, para tratar las depresiones severas.
Al inicio del Festival de neurociencia en Londres, el académico lamentó que la legislación europea y británica sobre los requisitos que ha de tener la droga, ilegalizada por ser de tipo A, para poder ser utilizada en la investigación médica le impiden obtenerla, pese a que cuenta con financiación para su experimento de más de medio millón de libras (unos 600.000 euros).
Según las leyes vigentes, al tratarse de un potencial fármaco, la psilocibina debe tener grado clínico, lo que dificulta su obtención ya que no hay empresas que la produzcan.
Nutt, que tiene una cátedra en el Imperial College de Londres, pide que se cambie esta legislación “arcaica” que también obstaculiza las pruebas con éxtasis y cannabis.
Un portavoz del ministerio de Interior dijo no tener “constancia” de que las leyes sobre licencias impidan la investigación médica en ese campo.
El profesor, especializado en el efecto de las drogas en el cerebro, así como en cuestiones como la ansiedad, la adicción y los problemas del sueño, fue despedido en 2009 del Consejo asesor sobre el abuso de drogas gubernamental al reclamar la despenalización de sustancias como el éxtasis y el cannabis con el argumento de que eran menos nocivas para la salud que el alcohol o el tabaco.
“El experimento (sobre la depresión) no ha empezado todavía porque el problema es obtener la droga. Ya no se nos permite ir a buscar los hongos nosotros mismos y encontrar una empresa dispuesta a producir esta sustancia ilegal de la forma requerida para su uso en el laboratorio se está demostrando imposible”, declaró hoy.
“Es muy desafortunado porque si esto resulta ser un tratamiento efectivo, y es muy probable que lo fuera para algunas personas, se está negando esa posibilidad”, añadió.
Otros estudios anteriores del Imperial College han demostrado que las inyecciones de psilocibina calman una región del cerebro que es hiperactiva en la depresión.
Nutt, que es actualmente presidente de la Asociación británica de Neurociencia, cree que la sustancia podría ser útil para tratar a los enfermos que no responden a ningún otro tratamiento.