Fuente: La Razón
10 de Enero, 2013
Altura. Una parte del equipo era utilizado como ‘conejillo de indias’
Análisis. Una investigadora del equipo de EEUU en la base del Chacaltaya.
La investigación “encubierta” que realizó un equipo de científicos de EEUU en Bolivia, tenía bases en el cerro Chacaltaya y en Coroico, según una fuente que coordinó la logística con los científicos y los “conejillos de indias”, a quienes tenían cosechando coca y café.
El grupo estaba liderado por el investigador estadounidense Robert Corwine Roach Jr. y, en principio, tomó contacto con el Instituto Boliviano de Biología de Altura y el presidente del Club Andino Boliviano, Wálter Laguna, de acuerdo con una fuente que solicitó mantener su identidad en reserva.
La ministra de Comunicación, Amanda Dávila, sostuvo que el equipo de Roach Jr. estaba formado por al menos 24 personas y que arribó para realizar pruebas para la adaptación de soldados destinados a acciones militares en Afganistán. El ministro de Gobierno, Carlos Romero, anunció que Bolivia reclamará a EEUU por violar la soberanía del país, ya que el científico ingresó al país como “turista” y “por un día”, pero se quedó tres meses.
El entrevistado dijo a La Razón que, aparentemente, las averiguaciones estaban destinadas a medir los efectos de la altura en deportistas, pero hubo acciones que sembraron dudas, como el hecho de que los grupos debían permanecer por más de dos semanas en un clima cálido, para luego ser trasladados “raudamente” al Chacaltaya.
Reveló que ese equipo también realizó un convenio con el Laboratorio de Física Cósmica, dependiente de la Universidad Mayor de San Andrés, “para utilizar las instalaciones de Chacaltaya, el refugio, y hacer sus estudios. Se pusieron en contacto con el Instituto de Física Cósmica y les pagaron un alquiler, y lo mismo a la cabaña del Club Andino Boliviano”.
Operación. Además de la base en el Chacaltaya, contrataron el hotel Cerro Verde de Coroico. Allí “tenían a una parte de los sujetos haciéndoles cosechar coca y café durante 16 a 17 días”. Otro grupo se quedó en la reserva de Senda Verde, en Yolosa (a 7,5 kilómetros de Coroico), que acoge a especies que nacieron en cautiverio o fueron rescatadas tras ser arrancadas de su hábitat natural. Fue allí que varios miembros del equipo se quedaron como “voluntarios”. “Los tenían trabajando (…) decían que eran estudiantes de la universidad, les daban viáticos de $us 15 a cada uno”, relató.
El ministro Romero, con base en declaraciones del mismo Roach Jr. (14 de enero de 2012, The Denver Post), denunció que los estudios tenían financiamiento del Departamento de Defensa de EEUU por $us 4 millones y que responden a una “concepción belicista”, que no condice con la relación pacífica entre Estados. Las bases a diferente altura sobre el nivel del mar ayudarían al estudio. “Subían a su gente desde Coroico hasta Chacaltaya de un rato a otro (…), eran usados como conejillos de indias”, comentó la fuente.
Las bases del acuerdo marco
Denuncia
Estados Unidos y Bolivia firmaron un acuerdo de respeto mutuo el 7 de noviembre de 2011. El convenio marco bilateral establece siete principios y propósitos, entre los principales: el “respeto a la igualdad soberana y a la integridad territorial de los Estados”, “el deber de abstenerse de intervenir en asuntos internos de otro Estado”, “el derecho de cada Estado a elegir, sin injerencias externas, su sistema político, económico y social”. El ministro de Gobierno, Carlos Romero, dijo que el caso de Roach Jr. demuestra “permanente injerencia” de EEUU.
Había ‘estudiantes’ de diferentes naciones
El estudio “encubierto” que desarrolló el científico Robert Corwine Roach Jr. en el Chacaltaya, entre el 6 de junio y el 15 de septiembre de 2012, no sólo habría contado con ciudadanos estadounidenses, sino de varias nacionalidades, reveló a La Razón una de las personas que los vio trabajar de cerca.
“Los subían desde Coroico hasta Chacaltaya directamente. El viaje debía realizarse lo más rápido posible para ver si les afectaba la altura y ver las pruebas genéticas, porque tenían ‘estudiantes’ de diferentes naciones”, indicó. El relato hace mención a que en el laboratorio del Chacaltaya permanecían un día y medio y retornaban a Coroico.
Al parecer ninguno tenía porte militar, entre ellos sólo se distinguían dos grupos, uno de científicos y otro de los “sujetos, que iban y venían (entre Chacaltaya y Coroico), que eran los conejillos de indias” y supuestamente “usaban drogas que no estaban autorizadas por el FDA (Food and Drug Administration)”.
Mientras estaban en la cumbre, los colocaban en bicicletas, en una máquina caminadora y los tenían viendo sus reacciones, según raza y tipo. “La idea es que tenían que actuar como soldados, que estaban a 1.400 metros de altura y subían a 5.500 metros de altura”. Aparentemente, no sólo eran 24 entre investigadores y “deportistas” estudiados, acotó.