Fuente: Correo Diplomático.com
10 de mayo 2013
Por Dunia Benjadra
A diferencia de lo que ha ocurrido con la shisha, que no está prohibida legalmente pero sí perseguida. La cultura del kif está mucho mejor acogida por la sociedad marroquí, tanto por ciudadanos como por políticos. Un grupo de asociaciones ha propuesto al parlamento la legalización del cannabis, y los políticos, lejos de dar un rotundo no, lo están debatiendo.
Son 109 los artículos que han presentado estas asociaciones para argumentar el por qué de esta legalización. Unos argumentos que han convencido a muchos parlamentarios. Según el Partido de Autenticidad y Modernidad (PAM), estaría bien legalizar el cannabis, eso sí, sólo para fines médicos, “Son muchos los medicamentos que se venden en las farmacias y que son legales, pero que son mucho más nocivos que cualquier droga”, ha declarado a Efe Mehdi Bensaid, diputado del PAM.
Para otros políticos, legalizar el cannabis es sinónimo de mejora de la economía. Tanto el partido del Istiqlal como el Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) consideran que serán muchas las entradas financieras que recibirá Marruecos con la legalización del kif, teniendo en cuenta que son numerosos los tráficos que se realizan de cannabis marroquí a través de todo el mundo.
Sólo en el mercado europeo, el cannabis mueve más de 100 mil millones de dírhams (90 millones de euros). Asimismo, según las estadísticas de las que dispone el Parlamento, un millón de marroquíes se lucran del kif. Y lo que les es más convincente, en el norte del reino, el 75% de pueblos, un total de 96.600 familias trabajan en este negocio. “Es una pena que este negocio tan normalizado quede en manos de los narcotraficantes”, declara Chakib Khiyari, uno de los activistas que han presentado el informe ante el Parlamento. “Este negocio podría ser regulado, estructurado por el Estado, y sus beneficios, cuantiosos, serían totalmente legales”, ha añadido Khiyari.